CAPÍTULO 6

615 30 9
                                    

|Chanel|

Me quedé dormida sobre el pecho de Marco. Cuidadosamente me levanté para no despertarlo. Me puse mis bragas que yacían en el suelo y subí hacia la habitación a buscar el resto de mis pertenencias. Le mandé un mensaje a Emily diciéndole que estaría en casa pronto, y que ésta vez era de verdad.

Bajé y busqué un papel y una lapicera para dejarle un mensaje a Marco.  Revolví toda la cocina hasta que finalmente encontré lo que quería. Anoté en el papel unas palabras y lo dejé sobre la mesa que acompañaba el sillón donde dormía Marco, al lado de su celular.

Llamé a un taxi, y me dirigí hacia la salida. Indiqué la dirección de mi departamento y llegué luego de 20 minutos. Pagué y fui hasta la puerta de entrada con mis llaves en mano, después hasta el ascensor. Apreté el botón para llamarlo y dí un largo suspiro. No sé qué le diría a mi mejor amiga, no tengo ni la menor idea por dónde empezar a contarle las cosas.

Llegó el ascensor y apreté en el tablero numérico el piso número ocho. Me recosté sobre las paredes metálicas y cerré mis ojos por un momento, recordando todos los instantes en que estuve con Marco. Nunca pensé que se interesaría en mí y menos que me conociera de aquella manera.

Seguí en mis pensamientos hasta que el ruido del ascensor sonó. Salí y fui hasta mi departamento, entré y me encontré con Emily sentada sobre el sillón con sus piernas cruzadas y acompañándole una cara de desaprobación con el ceño fruncido. Yo sólo sonreí de costado y me dirigí hasta mi habitación para recoger ropa e ir a bañarme, pero antes, una voz me detuvo.

― ¿A dónde creés que vas? Sugiero una explicación coherente del por qué anoche no te volviste conmigo. Estuve las últimas tres horas de la fiesta buscándote y me dijeron que te fuiste hacia arriba―mierda. Pensé que me iba a salvar de su regaño, ahora tendría que darle explicaciones.

―Ah, ¿sí? No tengo la menor idea―simulé no saber de lo que me hablaba, no quería contarle nada de lo que sucedió la noche anterior, me daba completa vergüenza, por más que suene patético.

―No te hagas la desentendida, te conozco lo suficiente como para saber que estas evadiendo el tema. Contame ya―odio que me conozca tanto. Lo peor es que se porta como mi mamá.

―Me acosté con Marco―confesé sin rodeos. Al fin y al cabo se lo terminaría contando.

― ¿¡Qué!? ―gritó, sorprendida.

―Lo que escuchaste―sonreí  por la gracia que me daba su cara de asombro.

―Vení a hacerme compañía en el sillón y contame todo.

|Marco|

Me desperté y noté que Chanel no estaba a mi lado. Me cambié, subí arriba y la busqué en la habitación, y no estaba. Baje y me dirigí hacia el living, miré a mi alrededor y me dí cuenta que había una nota al lado de mi celular en la mesa.

“Linda noche y buena manera de empezar el día. Besos, Chanel.”

Sonreí al leer el papel y lo guardé en el bolsillo delantero de mi pantalón de jean. Agarré mi celular y caminé hasta el portallaves que estaba colgado al lado de la puerta de entrada, y cogí las llaves de mi auto. Me iría a casa.

[LUNES 07:40]

Comienza la semana, y suena la alarma de mi celular. Me levanté con pereza y fui hasta la cocina a preparar mi desayuno, jugo de naranja y tostadas. Terminé y me cambié, poniéndome el equipo deportivo del Borussia Dortmund y unas zapatillas deportivas. Armé mi bolso coloqué mis botines, un short, medias y una camiseta. Cepillé mis dientes, agarré las llaves de mi auto, el bolso y me fui hacia el estadio donde habitualmente entrenaba.

Estacioné en el estacionamiento que teníamos con mis demás compañeros, era exclusivo, sólo por ser jugadores. Ingresé al Signal Iduna Park, saludé a mi director técnico Klopp y fui a dejar mi bolso en los vestuarios. Estreché mi mano con mis amigos y compañeros y salimos al terreno de juego a hacer la entrada en calor.

Luego de elongar, empezamos a trotar. Troté al lado de Mats y Erik, hablamos de qué haríamos para nuestra próxima juntada, pero no teníamos previsto ninguna fiesta a la cual concurrir.

Terminando de hacer la entrada en calor, fuimos a los vestuarios sudados a cambiarnos la ropa.

|Chanel|

Recién llegaba al Signal Iduna Park. Saludé a Klopp con mucha amabilidad y esperé a que los jugadores salieran de los vestuarios. Pude notar como salían uno por uno, y Erik con Mats se me estaban acercando para saludarme. Hablamos un rato aprovechando la tardanza de sus compañeros y luego se retiraron a continuar con su entrenamiento. Empezaron a practicar tácticas de contraataque, en eso Marco mira hacia mí. Noto como no sacaba su mirada de mí, yo lo saludé y ví una expresión fría en su rostro y me ignoró. Algo me dolía, era mi pecho. Sentí un ardor y unas punzadas que cada vez se hacían más extensas, me hace daño que me trate así. ¿Le había hecho algo? Él sabía que era la fotógrafa del equipo, por lo tanto, sabría que era yo. Decidí por tomar la decisión de que no estaba mirando hacia mí.

Luego de un tiempo, todos los jugadores se dirigían hacia mí. Tenía detrás de mí todas las botellas de agua. Me corrí hacia un lado, y Marco pasó por al lado mío.

―Hola―dije lo suficiente audible junto con una sonrisa para que él sea capaz de escucharme.

Sentí arder mis ojos, rápidamente me volteé y me fui hacia el baño que estaba cerca de los vestuarios. No pude evitar que lágrimas cayeran de mis ojos, me dolía, me hacía daño que él me tratara así. Inspiré profundamente, y me calmé, tendría que parar de llorar. Mi saludo había tenido como respuesta una mirada fría y seria, agregándole que pasó por enfrente de mí y me ignoró como si fuera invisible para él. Estaba claro que simulaba no conocerme.

 Esto era lo que temía, sufrir por Marco. Me había advertido a mi misma que no tendría que estar con él, por mucho que me encantara. Tal vez, si no estuviera enamorada de él esto no me pasaría, no me haría daño.

Volví al campo de juego, aquel al que le llaman “cancha de fútbol”. Observé la preocupación en la cara de Klopp, rápidamente se acercó hacia mí. Cuando necesitaba que me dejen sola, en paz, simplemente se acercaban a molestarme.

―Chanel, ¿Te sentís bien?―incitó poniendo una mano sobre mi hombro.

―Sí, no fue nada. Sólo un mareo―sonreí. Detestaba fingir estar bien.

Continué con mi trabajo. Terminé y me fui caminando hacia los vestuarios, necesitaba una explicación de Marco. Sí, yo misma me consideraba bastante testaruda.

Esperé, salían casi todos los jugadores y él, tenía que salir último.

―Marco…―él seguía ignorándome―Marco―insistí una vez más, al ver que continuaba caminando, lo agarré de su brazo, él sólo dirigió su mirada hacia mí― ¡Marco! ¿Se puede saber por qué no me saludas?―Marco nada más me miraba, no contestaba―¡Mierda, Marco! ¿Por qué carajo no me contestas?―grité, ya me estaba alterando.

―Las putas con las cuales me acosté, no les hablo. Tendrías que estar agradecida que te contesto tu pregunta―dijo con frialdad, y clavó una daga en mi corazón.

Iba a llorar, no quería hacerlo delante de él. Pero me debería mostrar dura, no me tendrían que importar sus palabras.

― ¿Sos suficiente hombre como para llamarme puta?―elevé una de mis cejas, lo desafiaría.

―Eso es lo que sos, una puta.

―Si eso es lo que soy… Entonces estoy a tus servicios. Llámame cuando quieras.―No dije nada más, y me largué de allí. Si a Marco Reus le gustaba como a una puta, entonces tendré que comportarme como una de ellas, y hacerlo sufrir.

                        --------------

Buenas! Estoy bastante inspirada :) ¿Les gustaría el punto de vista de Marco en éste capítulo? O ¿Simplemente quieren que siga con la novela? O ¿Hago un capítulo extra largo haciendo los dos? Diganme que piensan y comenten! 

Saludos Marti

Regeln. (Marco Reus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora