CAPÍTULO 7

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|Marco|

Salí de los vestuarios, y vi a Mats y a Erik hablar con Chanel. Ignoré esa escena, yo iba a continuar con mi entrenamiento. De todas maneras, no me importaba.

Comenzamos a practicar tácticas de contraataque, empecé primero con mi grupo y luego volví a esperar a que sea de nuevo nuestro turno. A lo lejos la vi a ella saludándome, miré para otro lado, ya no era de mi interés.

Hicimos otros ejercicios, y Klopp nos dio cinco minutos para ir a tomar agua. Fuimos hacia la mesa que arriba de ella tenía botellas. Ella se corrió a un lado, y pude escuchar cómo musitó un “Hola”. La miré y le dí una mirada dura, fría y seria. Pasé por enfrente de ella y la ignoré. Digo, otra vez, que ya no me interesa.

Seguimos con el entrenamiento y luego de que termine, Klopp nos dijo que ya podíamos retirar. Fui a bañarme, me cambié y luego salí de los vestuarios, último. Escucho una voz a mis espaldas, mierda. Ella otra vez, ¿Qué parte no entendía de que no quería saber nada más de su vida?

―Marco…―la ignoré―Marco―insistió una vez más, no se iba a cansar. La ignoré otra vez y seguí caminando. Ella agarró mi brazo, dirigí una mirada seria hacia ella― ¡Marco! ¿Se puede saber por qué no me saludas?―. La miraba, pero no contestaba ― ¡Mierda, Marco! ¿Por qué carajo no me contestas?―gritó, se notaba alterada. Decidí contestarle, sino, no se cansaría hasta obtener una respuesta mía.

―Las putas con las cuales me acosté, no les hablo. Tendrías que estar agradecida que te contesto tu pregunta―dije. El recuerdo de Caroline vino a mi mente, no quería pasar por lo mismo, no otra vez.

Ella se tensó, y elevó una de sus finas cejas mirándome fijamente.

― ¿Sos suficiente hombre como para llamarme puta?―me desafió, al parecer se creía mejor que mí.

―Eso es lo que sos, una puta.―incité la verdad.

―Si eso es lo que soy… Entonces estoy a tus servicios. Llámame cuando quieras.―Y se fue rápidamente. Al fin aceptó lo que en verdad era, yo no quería tener más contacto con ella.

Me dirigí hacia el estacionamiento, y desactivé la alarma de mi auto Audi. Arranqué el motor y me fui hasta mi casa que estaba cerca de las afueras de la ciudad.

Almorcé y luego me acosté en mi cama. Me quedé mirando al techo, pensando en la propuesta de Chanel, era una locura. Ella me recordaba tanto a Carolin, la había conocido de la misma manera. Una fiesta, alcohol y sexo. Carolin me hablaba, empezamos a vernos, salíamos y me enamoré completamente de ella. Éramos novios, y cometí un error. Confiar en ella.

Cada vez que me decía que estaba ocupada, se estaba revolcando con diferentes hombres. No sólo me engañaba con uno, sino, varios. El día que la descubrí, decidí visitarla por sorpresa y al final, el que se llevó la sorpresa fui yo. Me aclaró todo, ella sólo estaba conmigo por diversión. Ella era una puta. No nos hablamos más y puedo jurar que ella desapareció de Dortmund. Me prometí no volver a hablarme con ninguna chica con la cual me acueste.

Sin darme cuenta, me dormí.

[…]

|Chanel|

―Y me dijo eso, que era una puta. Yo le confesé que me llame, porque estaba a sus servicios.

Terminé de contarle lo que sucedió ésta mañana con Marco a Emily, su cara era insólita. Luego de unos minutos que estuvo procesando toda la información, pensó un momento.

―Así que para Marco sos una puta… ¿Por qué no enseñarle de lo que se está perdiendo?―no entendía a qué se refería.

― ¿Qué insinuás?―comenté.

Regeln. (Marco Reus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora