Mientras ese wey me llevaba a mi salón, estaba viendo toda la escuela y es preciosísima, tenía más de 400 aulas sin contar los baños y todos los cuartos.
Caminando junto a Jean me siento pequeña, aunque no soy para nada pequeña, mido 1.73, soy bastante alta, y estoy segura que él mide más de 1.90.
De pronto pude sentir muchísimas miradas observándonos, no sé porque todas las chicas nos miraban, CORRECCIÓN, miraban a Jean.
¿Qué acaso todas están enamoradas de él? Es neta? Ni que fuera de otro mundo.
Ajá, es guapo, alto, y es buena onda, pero se cree mucho y tiene el ego muy alto, eso no me agrada.
-Llegamos.
-Fue una caminata larga.
-Adelante.
Me abrió la puerta y entré y WOW! El aula era más grande que mi casa entera JAJAJAJA.
-Es enorme.
-Obvio.
-No piensas ir a tu clase?
-No haz entendido cariño, tomo clases aquí.
-Ah si? Bueno, y, tengo nombre, dime Miranda.
Narra Jean:
Reí ante su comentario.
-No le digo así a nadie más.
-Ahorita te creo.
Narra Miranda:
Me senté a esperar a que llegue el maestro y, adivinen qué? no se sentó junto a mí!
Osea, no es que esperaba que se sentara junto a mí, es solo que creí que ya había conseguido un amigo para no estar sola y pasar vergüenza, pero no!, me dejó, se fue atrás con un grupito de puros niños engreídos igual que él.
Lo que me llamó la atención, es que me pareció ver a una chica entre ellos, supuse que era del grupo también.
-Buenos días mis queridos alumnos, mi nombre es Carlos Hernández y soy su nuevo maestro de lenguas. Ustedes se preguntarán qué tipo de lenguas les voy a enseñar, todas y cada una.
Wow! Se ve que tiene demasiada experiencia. El maestro se dispuso a dar su clase y sacar todas sus cosas, pero de repente se empezaron a oír risas y ruidos muy fuertes que venían de la parte de atrás, así que yo voltee y si, Jean y sus "amigos".
-Jóvenes, pueden guardar silencio? Intento dar mi clase.
-Si claro, disculpe es que me dió risa algo que me contaron.
-De pie.
Primer día y ya se metió en problemas.
-¿Cuál es su nombre joven?
-Jean Carlo, maestro.
Toda la clase lo miraba y todos estaban riendo, que oso.
-Bien, Jean, quién te conto algo "gracioso"?
Jean apuntó a un chico alto y de cabello castaño que estaba al lado de él, muy simpático por cierto.
-Okey, pasen a escribir al pizarrón una oración en cualquier idioma que conozcan, ambos.
Vaya sorpresa que me llevé al ver que ninguno de los dos estaba asustado, esto se va a poner interesante.
Tan pronto como pasó al pizarrón comenzó a escribir letras súper raras, supuse que estaba escribiendo la oración.
Me sorprende que una persona como Jean tenga su lado inteligente y aplicado.
-Terminé.
-Excelente, puedes leerme tu frase?
-"Ton look est un autre niveau"
Es francés, y significa, tu mirada es otro nivel.
Okey, ahora sí estoy en shock.
-Increíble, joven Jean, se ha ganado un punto en mi clase. Puede sentarse.
Y usted?
-Me sé una en italiano, también cuenta?
Qué estos aparte de guapos y perfectos son inteligentes? Vaya, esta escuela es de otro mundo.
-Por supuesto.
Comenzó a escribir una letra aún más difícil de entender que el francés, estoy en doble shock.
-Listo.
-Bien, léeme tú frase.
-Mi piace il tuo sorriso, significa, me encanta tu sonrisa.
-Vaya, extraordinario joven...
-Libardo Isaza.
-Puedes sentarte. Vaya, está escuela me está sorprendiendo.
Igual a mí.
En fin terminó la clase del maestro Carlos y sí que estuvo increíble.
Y así me estuve yendo de clase en clase hasta que dieron las 8:00 pm y salí de la escuela.
Me dirigía a mi habitación cuando sentí una mano deslizándose por mi espalda, me asusté y me encontré con el chico creído.
-Ah, eres tú.
-Si soy yo, oye espera!
Narra Jean:
Sólo me dijo "eres tú" y se fue, qué se cree? Se ve que está molesta, de seguro es porque no me senté junto a ella y la dejé JAJAJAJA.
Me puse enfrente de ella, evitando que se vaya.
-Qué te pasa calabaza? sonreí.
-A mí nada, por qué?
-Estás molesta porque no me senté junto a ti, verdad?
-Qué? Pfff, obvio no, da igual, tampoco era como que me lo esperaba.
-Y bien? Qué te pareció mi frase?
-Estuvo bien, me sorprendiste, no creí que fueras ese tipo de persona.
-De cuál?
-Estudioso.
Reí. Puse mi brazo sobre su hombro.
-Es que mira, yo, soy como un nuevo capítulo de una serie, nunca sabes con qué cosa te voy a sorprender. Sonreí.
Narra Miranda:
Volteé los ojos, cuando pensé que no podía ser más creído, si pudo.
-Acaso no puedes ser más creído?
-Si así lo requiere la situación, si.
No dije nada más para no alargar la conversación y seguimos caminando hacia nuestro cuarto. De repente sentí como todos nos estaban mirando, pero esta vez no sólo eran las chicas, también los chicos, todas las personas con las que cruzábamos nos miraban, yo no sabía por que, cuando sentí que su mano estaba acariciando mi cuello. PTM! LO OLVIDÉ! Él tenía su brazo encima de mis hombros! De repente se nos acercaron un grupo de chicos guapos, reconocí a Libardo y supuse que eran los amigos de Jean, con los que estaba en la clase anterior.
-Qué hay Carlo, no piensas presentarnos a tu novia?
Dijo un chico alto de ojos verdes y rizos.
Cuando oí eso, enseguida quité su brazo de mis hombros.
Todos se rieron.
-Hola chicos, ella no es mi novia, es mi compañera de cuarto.
Miranda, ellos son Libardo, Orson, Naim, Ralf ,y Darian.
-Hola, es un placer. Sonreí.
Después de que me presenté, Darian se dispuso a hablar.
-Te preguntarás por que soy la única chica en el team, bueno, la verdad es que los conozco desde primero de secundaria y si, afortunadamente todos nos inscribimos en la misma universidad y aquí estamos.
Son como mis hermanos.
Después de presentarnos, decidimos ir a la cafetería a comer algo y seguir platicando, ya se habían vuelto mis amigos literal, todos eran súper buena onda y la chica era de otro nivel, sabe vestirse y está muy bonita, al igual que los demás, acaso es un team perfecto o qué?
Narra Jean:
Miranda les agradó a todos mis amigos al instante, pues cómo no? Con esos ojos verdes, esas piernas, esa sonrisa, no me gusta, es solo que estoy diciendo la verdad, creo.
Se ve tan linda cuando sonríe.
Nos entretuvimos tanto que se nos fue el tiempo y nos dieron las 11:32 pm, ya ni había nadie en la cafetería.
Llegó el director y nos regañó a todos, nos dijo que nos vayamos a nuestros cuartos y así lo hicimos.
-Vaya, creo que les caíste mejor tú en menos de 20 minutos que yo en toda una vida.
Solo se rió.
-Si, supongo que soy social.
Seguimos caminando hasta que llegamos a nuestro cuarto.