Capítulo 5.

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Narra Miranda:
Me tenía en el piso, sus manos eran realmente grandes.
Yo jamás me hubiera imaginado que era cinta negra.
Quería empujarlo, pero él se sabía cada uno de los movimientos que me aproximaba a hacer.
-Ya suéltame!
-Te suelto, pero con una condición.
-Qué?
-Quiero saber porque me besaste.
-Ya te dije que esa no era mi intención.
-Pero lo hiciste, por qué?
No podía decirle: porque me quedé toda tonta cuando te vi dormir y te me hiciste muy tierno, así que decidí besarte.
Debía inventar algo.
-Nada, error mío.
-Bueno, está bien.
Me soltó y me paré enseguida.
-Ya me voy.
-Por qué? Todavía hay tiempo.
-Media hora nada más.
-Todavía me voy a bañar.
-Si tardas, no te voy a esperar.
-Está bien.
Jean se metió a bañar y yo, decidí esperarlo, tenía razón, aún quedaba tiempo.
No podía olvidar ese beso.
Pero tampoco podría enamorarme de él, sólo sería un desperdicio de tiempo, ya que él tiene la capacidad de andar con cualquier chica que él decida y yo no seré una más en su lista.
-Terminé.
-Ya nos vamos? Por que vamos a llegar tar...
Como se le ocurre salir así! eso es lo que más odio de él, no tiene ninguna vergüenza.

Como se le ocurre salir así! eso es lo que más odio de él, no tiene ninguna vergüenza

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-Disfrutas la vista?
-No, y ya vístete, a veces puedes llegar a ser irritante.
-Al menos no aprovecho cuando las personas se duermen para besarlas.
Ya estaba a punto de irme pero oí eso, no me voy a quedar de brazos cruzados.
-AL MENOS NO FUERZO A LAS PERSONAS A BESARME!
- empezaste.
-Ah si? Creí que estábamos hablando de personas ajenas.
Sonreí victoriosa y salí del cuarto.
Me dirigí a mi primera clase.
Narra Jean:
Vaya!, esta chica está sacándome de mis casillas. No entiendo como puede existir alguien tan rebelde, mal educada, y consentida al mismo tiempo.
Y tampoco entiendo mi obsesión por las chicas así.
Póngamos un ejemplo.
Yo soy un león, y todas las cebras (chicas) de esta escuela son mis presas. Yo puedo alcanzar a cualquier cebra que yo quiera y me la comeré, pero esta nueva cebra, es más rápida que las demás, me está costando atraparla.
Como león, me gusta cazar mi propia comida, mis propias presas, no que ellas vengan a mí.
Esto va a ser un reto para mí.
Terminé de vestirme y salí para buscar a Miranda, quien ya se había ido sin mí, supuse que estaba en el salón de la primera clase y como a igual me toca clase ahí, ya sabía a donde ir.
Me topé con Richard y Mauricio.
-Hey, hola.
-Hola chicos.
-A dónde con tanta prisa amigo?
-Pues, andaba...
-Buscando a Miranda?
-Si, ella se fue, no me esperó.
-Esa chica, te atrae, no?
-QUÉ? JAJAJAJAJA, OBVIO NO, DE DÓNDE SACAS ESO?!
-Pues, no sé.
-Solo la mencionamos y te pones tenso bro.
Ptm, me descubrieron.
-Claro que no, es solo tú imaginación Libi, mejor vamos a comer un sándwich o algo, tengo hambre.
-Ah si, bueno va. Dijo Libi.
Estuvimos caminando un buen rato hasta que llegamos a la cafetería y adivinen a quien me encontré, a Miranda, comiendo junto con Darian.
No puedo creer que se hayan saltado la primera clase.
Darian es muy mala influencia para Miranda. Se ve tan linda riendo junto con Vero, ella nunca lo hace conmigo.
-Pero miren a quiénes tenemos aquí, señorita responsable y señorita rebelde.
Narra Miranda:
No puedo creer que me encuentre con Jean ahora, tan bien que la estaba pasando.
-Hablando del rey de Roma.
Dijo Darian.
-Desaparezco un momento y ya me extrañas Miri? Hasta hablan de mí, ¿De qué hablaban?
-Ehhh, nada. Qué haces aquí? Dije.
-Pues, casualmente nos encontramos. Nos dió hambre y venimos a comer. Por qué se saltaron la primera clase? Niñas malas? Jamás me imaginé que Miranda se saltaría una clase. No es capaz ni de matar a un mosquito.
Ahí va con sus frases estúpidas otra vez.
-Yo le dije, la clase de Margaret es estúpida y aburrida.
-Lo sabía, definitivamente eres mala influencia para mi pequeña.
Acaso acaba de llamarme "pequeña"? Y aparte, "su"?!
-Hay veces que no tengo ganas de entrar a clase Jean, y le seguí la corriente a Darian.
-Uy, que malota.
Lo dijo en un tono tan inmaduro y burlezco, que me hizo enojar.
No lo entiendo, primero está de cariñoso conmigo y luego se pone fresita.
Me paré para quedar a su altura.
Aunque, no servía de mucho.
-Y tú? Por qué no estás en clase?
-Por qué no se me da la gana.
Me molesté aún más, y comencé a discutir con Jean.
De pronto me dí cuenta que los demás empezaron a notar que el ambiente se ponía denso, así que se fueron.
-Vez lo que causas? Dije.
-Ay preciosa, todo es broma.
-Qué?!
-, en serio crees que me pelearía de esa forma contigo?
-Bueno, pensé que sí.
-No, no lo haría.
-Y bien? Por qué lo hiciste? Todos se fueron.
-Precisamente por eso dulzura, ahora estamos solos.
Me miró de forma pícara y yo volteé los ojos.
-Agh, yo me voy.
Tomé mi mochila y ya estaba por irme cuando sentí que Jean me tomó de la mano.
-Espera, no te vayas, quédate. Al menos desayunemos juntos, si?
Puso cara de perrito triste y dios mío, vaya que no me puedo resistir, es bastante lindo.
Sonreí.
-Está bien, pero cuando empiece la segunda clase nos vamos, no pienso faltar a otra.
-Como ordenes princesa.
Me senté enfrente de él y pedimos café y galletas.
Platicamos de muchísimas cosas, y lo fui conociendo, cada vez más.
Después de todo no es tan malo como creí que era.
Me contó que su madre había muerto cuando todavía estaba muy pequeño.
Y para colmo, yo también le conté un poco de mi vida. Algo que no casi no hago. Me sentí tan cómoda y segura con él que no pude evitarlo.
Coincidimos en muchas cosas, gustos musicales, comida, marcas de ropa, colores, deportes, y, hasta la vida propia.
Por alguna extraña razón, verlo sonreír me fascina.
Tiene los dientes tan blancos y perfectos como los de un comercial.
Y ese piercing de chico malo, uff.
Miranda, qué estás diciendo?!
De pronto, sonó el timbre.
-Bueno, creo que ya debemos irnos.
-Oye, gracias por haberte quedado conmigo.
- claro, cuando quieras.
En serio acabo de decir "cuando quieras"?!
-Quiero decir, sentarse a comer, y, eh, charlar, y-ya sabes, solo eso.
Solo se río, tiene una risa encantadora.
Empecé a levantar mis cosas y sentí unas manos en mi cintura.
-Basta Jean, suéltame.
X: Creo que te equivocaste de persona linda.
Rápidamente me la vuelta al escuchar una voz gruesa y ronca que no conocía en absoluto.
Me encontré con un chico pelirrojo y de ojos esmeralda, de la misma estatura que Jean.
Qué todos aquí son guapos y altos?
Es una escuela de perfección?
-Lo siento, y-yo, creí...
-No te preocupes, no te había visto por aquí preciosa, cuál es tú nombre?
-Me llamo Miranda Thompson, y tú? Sonreí.
-Soy Mateo, Mateo Osorio.
Hizo una pequeña reverencia ante mí, y luego beso mi mano.
Sonreí ante su gesto, se ve que es un chico con clase.
De repente oí unos pasos que venían hacía nosotros, era Jean.
-Me alejo de ella un rato y ya estás tratando de ligártela? Idiota?
Jean me puso detrás de él y yo no entendía nada, se conocen, pero no parecen muy amigos...
-Jean, que gusto saludarte. Sonrió.
-Para mí no es un gusto, déjala en paz, no es lo que buscas.
Los ojos de Jean, eran diferentes, se veía que estaba súper enojado, pero, ¿quién es este chico?, por qué no se agradan?, qué los hizo pelearse?, hay tantas dudas que tengo.
-Tranquilo, solo quiero llevarme con ella, o qué? Acaso tú me lo vas a impedir? Niñita?
Mateo se acercó mucho a Jean con intenciones de golpearlo, qué carajo está pasando?!
-NO!
Grité y me puse en medio de los 2.
-Basta, que pasa?!
-Nos vamos.
Jean tomó mi mano y me jaló lo suficientemente fuerte como para no poder soltarme.
-Qué haces?! Ahora ni siquiera me vas a dejar hacer amigos?!, no eres mi dueño!, ya suéltame.
Jean acercó mi cara a la de él.
-Él, no es un buen tipo, te hará daño.
-Como lo sabes?!, ¿por qué estás tan seguro?
- Estudié 6 años seguidos con él, en la primaria, era mi mejor amigo, pero cuando tuve mi primera novia, me la quitó.
-QUÉ?!
No puedo creerlo.
-Quién preferiría a él en vez de a ti?!, tú eres mucho mejor.
Me sonrío.
Ptm, pensé en voz alta.
-Y, no me va a quitar a mi futura novia...
Lo miré y solo reí.
-Bueno, ya vámonos, la clase va a empezar.
-. Dije.








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