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"¿Podrías darme al menos una pista?"


"Lo siento por no haber podido responder antes", Eunbi se había refugiado el la desocupada sala de música luego de huir de sus amigas, a la espera de poder leer su preciada nota en paz. Porque sí, aunque no quisiera confirmarlo frente a las demás, lo cierto es que estaba realmente feliz

"Tenía que hacer buena letra por un tiempo de lo contrario acabaría metiéndome en problemas por saltarme tantas clases y no queremos eso, ¿verdad?". Con que es en horario de clases que dejas las notas. Eunbi asintió a la nada ante ese dato. Eso explicaba por qué Yerin no había sido capaz de dar con alguien que hubiera visto u oído algo al respecto.

Dejando de lado sus suposiciones por un momento, se apresuró a terminar de leer la carta cuando oyó el timbre de entrada resonar en los pasillos. "Con respecto a tu pregunta de la última vez, ¡claro que puedes! Me encantaría verte intentarlo ;)". Sonrió guardando rápidamente la nota en el bolsillo de su mochila antes de salir disparada en dirección a su clase correspondiente resignándose al castigo que seguramente le caería encima por llegar sin el material correspondiente a la materia.

Llegó al salón justo al mismo tiempo que su profesora. Ambas se miraron durante un momento frente a la puerta. Eunbi con una sonrisa tímida mientras que la profesora Hyun, de filosofía, la miraba con una expresión seria.

—Venga, entra —le dijo la mujer con un gesto de la cabeza antes de sonreírle amablemente. La profesora Hyun normalmente era muy buena y comprensiva con todos sus alumnos, siempre y cuando estos no abusaran de ello.

La pelinegra hizo una reverencia para ingresar rápidamente al salón luego de pronunciar los buenos días hacia la mujer. Divisó rápidamente a Sojung casi al final del lugar, guardando un sitio para ella, al acercarse pudo notar también que la más alta había procurado traer los libros de la menor con ella.

—Gracias Sojunggie —murmuró por lo bajo sonriéndole a su mejor amiga.

—Ni te creas que es gratis —murmuró ésta en respuesta, alzando una ceja.

—Te pagaré el almuerzo —replicó rodando los ojos.

—Iba a decir que a cambio me dejaras leer la nueva nota —respondió ella alzando ambas cejas sorprendida, —pero vamos, acepto tu oferta también.

La rubia sonrió extendiendo la mano hacia su amiga a la espera del dichoso papel de color azul. Eunbi no puedo más que negar resignada con la cabeza, buscando en su mochila la nota para entregársela a Sojung mientras que la profesora comenzaba a anotar cosas al azar en la pizarra que se encontraba al frente.

—¿Y bien? —Susurró Sojung inclinándose hacia la pelinegra. —¿Qué harás para saber quien es?

—¿Pedirle una pista? —Esbozó una pequeña sonrisa sin siquiera mostrar sus dientes volviéndose para mirar a la mayor.

—¿Hablas en serio? —Preguntó Sojung volviendo a erguirse en su asiento, no pudiendo evitar mostrarse decepcionada ante lo poco emocionante que sonaba eso. Eunbi se limitó a encogerse de hombros.

—¿Por qué no? —Tomó un lápiz para garabatear rápidamente lo que la profesora había escrito puesto a que acababa de anunciar que borraría la pizarra en breve. —Con algo hay que empezar —agregó y la conversación llegó a su fin luego de que la más alta rodara los ojos dándose por vencida.

Roses [2EUNBI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora