| 20 |

158 30 6
                                    

"Erase una vez un conejo que había decidido viajar a las estrellas"

—Aún no entiendo por qué te fastidia tanto el hecho de que aún no te haya dado la estúpida rosa —bufó la rubia esa tarde, mientras ambas se dirigían hacia sus casilleros al final de la jornada escolar. Eunbi había pasado todo el último período protestando por el hecho de que, básicamente, la persona misteriosa le había dicho que tendría que esperar y para colmo de males, la pelinegra había descubierto que de pronto no tenía paciencia para cumplir con dicha petición.

—Me está tomando el pelo —sentenció, cruzando los brazos sobre su pecho con una expresión molesta. Sojung estalló en carcajadas a su lado, divertida con el hecho de que, por más que siguiera negándolo, lo cierto era que la pelinegra si estaba emocionada por descubrir quién se había tomado la molestia de armar todo esto por ella.

Estaban sólo a unos pasos de llegar a su destino cuando Eunbi notó que, esperándola en su casillero, había una segunda nota de color azul. Se apresuró a llegar hasta allí, ignorando los comentarios burlones de Sojung al respecto.

Era la primera vez que le dejaban dos notas en un mismo día. No podía tratarse de una simple respuesta a sus propias notas, porque la menor esta vez no había respondido nada luego de la nota que recibió dicha mañana.

—¡Ey! —Yerin llegó al lado de la pelinegra al mismo tiempo que Sojung.

Erase una vez un conejo que había decidido viajar a las estrellas —leyó en voz baja la pelinegra.

—¿Otra nota? —preguntó mirando a Sojung a sabiendas de que la pelinegra pasaría de contestarle. La rubia simplemente asintió.

—¿Dónde he leído esto antes? —se preguntó Eunbi, mientras releía una y otra vez el papel en sus manos. Una vez más, no había rosa acompañando la nota. Pero algo le decía a la menor que todo lo que necesitaba provendría de aquella cartulina azul que sostenía en sus manos.

Erase una vez un conejo que había decidido viajar a las estrellas, se repitió, intentando descifrar de dónde era que recordaba aquella frase. Como si de repente la mente de Eunbi tuviera ganas de trabajar, el recuerdo de la pista que la persona misteriosa le había dado días atrás, llegó a ella.

Azul es el color del cielo donde brillan las estrellas. Erase una vez un conejo que había decidido viajar a las estrellas. Azul es el color del cielo donde brillan las estrellas. Erase una vez un conejo que había decidido viajar a las estrellas, repetía una y otra vez. ¿Que tenían en común esas dos frases?

El comienzo de lo que parece un cuento infantil y una frase de la canción que escribimos para la clase de música junto con Eunha y... De pronto algo pareció hacer click en su interior.

—¡Tienes que estar bromeando! —Exclamó de pronto, sorprendiendo a sus dos amigas quienes hablaban tranquilamente junto a ella.

—¿Qué...? —La pregunta de Sojung quedó en el aire, luego de que ambas vieran como la pelinegra se alejaba casi corriendo hacia quién sabe dónde.

—¡¿A dónde vas?! —Yerin alzó la voz llamando la atención de todos los que no se habían detenido al ver a Eunbi pasar corriendo junto a ellos.

—¡La sala de música! —alcanzaron a escuchar antes de perder de vista a la menor.

—¿Que carajos acaba de pasar? —preguntó la rubia mirando a la castaña a su lado con una expresión confusa. Yerin se encogió de hombros haciendo todo lo posible por disimular su sonrisa.

—Será mejor que vayamos a ver —sugirió, comenzando a caminar. La rubia recogió lo que necesitaba de su casillero y rápidamente se puso en marcha junto a ella.

Roses [2EUNBI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora