Querido Diario:
Las clases de me hicieron eternas, el tiempo parecía no avanzar nada e incluso llegué a pensar que el reloj que colgaba en la pared del salón de clases estaba descompuesto. Sentí un gran alivio cuando finalmente llegó la hora de salido, ni siquiera me despedí de Kook o Jimin, salí corriendo rápidamente a la cafetería.
Afuera pude ver a Jin limpiando los cristales, respondí su saludo lo más rápido que pude y entre al lugar casi corriendo. Di un vistazo a las mesas y después de verificar que él no estuviera allí, fui a cambiarme más tranquilamente.
Había llegado temprano, incluso Nancy aún no llegaba.
Todo por volver a ver a aquel tipo del cual ni siquiera sabía su nombre. Me maldije mentalmente por no haberle preguntado al menos eso. Pero el día pasó, los clientes llegaba y se iban y él jamás apareció...
