Martes

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Sus ojos se toparon con los del bailarín que movía sus caderas ante él. Ignoraba las risas provenientes de sus primos. Estaba totalmente consumido por esa mirada tan intensa, mordió su lengua tratando de ocultar sus pensamientos. Pero solo provocó que pensara en deslizarla por el cuerpo bronceado del chico. Sus ojos bajaban y subían por esa gloriosa imagen tratando de no olvidar ningún detalle cuando este desapareciera. Algo se estaba encendiendo en su pecho con cada movimiento, la música acabó y las luces volvieron. Sus ojos seguían en contacto con lo de él. Silbidos y vitoreos sonaban por el lugar haciéndolo regresar de su viaje.

-¿Qué les pareció?- preguntó Jimin.
-Yo creo que el rostro de Tae lo dice todo.
Los tres comenzaron a reír a tiempo que el bailarín se recostaba en la tarima sin dejar de verlo.
-Bien, él es Hoseok. Es del top tres de bailarines y aceptó solo por ser un día especial.
Sonrió ante las palabras de su compañero y Tae sintió más calor desde su pecho.- ¿Cuál es tu nombre?
-Tae… Taehyung.- no podía dejar de pensar lo guapo que era y por un momento olvidó como se llamaba.
-No eres de por aquí ¿Cierto?
-Pueblo.- su cerebro se estaba esforzando y ni así regresaba a funciones.
Yoongi rio fuertemente mientras caminaba hacia su primo.- Lo siento Hoseok, es su primera vez aquí y hace mucho no viene a la ciudad.
-No importa, es muy lindo.- despeinó su cabello mientras mordía su labio.- ¿Quieren el paquete especial?
-¿Hoseok?-Jimin dio un salto hacia su compañero.- Normalmente no lo ofreces.
-Lo sé.

Sus primos se acercaron a los chicos y charlaron de algo que Tae no logró escuchar. Dio fondo al líquido que quedaba en su vaso el cual se encontraba caliente para ese momento. La pequeña reunión terminó y sus primos le indicaron que los siguiera. Se levantó lentamente como dudando de sus acciones y salió con sus primos de la habitación dejando atrás a los dos chicos. Caminaron por el lugar de las butacas regresando a la pista de baile. El gusto de observar al chico se había esfumado demasiado rápido. Para su sorpresa no llegaron a la salida, se acercaron a la barra donde el camarero preparaba tragos.

-Hola, Jin.
-Yoongi.- el chico alto de cabello negro se ruborizó.- ¿Te ofrezco algo más?
-Varias cosas, pero por el momento ¿Puedes llevar a este chico al casillero?
Giró su cabeza hacia el castaño al cual analizó de cabeza a pies un par de veces.- ¿Quién tiene el honor?
-Hoseok.
El camarero sonrió rápidamente a momento que salía detrás de la barra.- Sígueme.

Jin y su primo hicieron contacto visual por un segundo antes de pedirle lo siguiera. Sus primos se quedaron sentados en los bancos cerca de la barra despidiéndose con la mano. Llegaron al escenario donde se presentaba un chico con su guitarra y se escabulleron por una puertecita tras el. Las luces eran bajas en ese estrecho pasillo, grandes puertas eran cubiertas por una tela delgada. Sus ojos se fueron inmediato a una que no estaba cerrada y pudo observar al chico que Jungkook había rechazado bailarle a un tipo viejo en una silla ¿Un baile privado? Jin le señaló un espacio vacío el cual ponía “Nueve” sobre el marco de la puerta.

-Vendrá en un momento.
-Muchas gracias.

La habitación era justo como todo el lugar cortinas vino, luces rosa brillante con una silla en medio del pequeño espacio y un escritorio al fondo. El piso estaba cubierto por una alfombra, su instinto lo traicionó y se agachó para tocarla. Era suave y bastante limpia, las hebras se sentían bien bajo su mano. Alguien tosió en su espalda y se levantó con un salto.

-¿Qué haces?- una risa salió del pelirrojo la cual hizo saltar a su corazón.
-Yo solo… lo siento.
-No te preocupes.- Hoseok lo observó completamente antes de sonreír.- ¿Empezamos?
-¿Con que?
-Siéntate, Taehyung.

Sin preguntar más hizo lo que el pelirrojo le pedía, al sentarse notó como el chico cerraba una puerta, grande de metal. No la típica cortina que observó momentos atrás. Caminó por el pequeño espacio y sacó unas esposas moradas del escritorio. Le indicó que colocara sus manos tras su espalda lo cual por alguna razón no debatió. Lo esposó a la silla y una sensación de nerviosismo mezclado con fascinación lo llenó. Las manos del bailarín recorrieron su espalda y se tensó ante el contacto sobre su camisa.

Golden Week [vhope] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora