Aviso: esta historia contiene: lenguaje fuerte, escenas de abuso verbal y físico, violación descrita y una muerte.
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De nuevo había sido abandonado por Hoseok. Más de un año en una relación a larga distancia y su mejor amigo usaba cada oportunidad para verse con Taehyung. Estaba seguro que nunca lo había visto tan enamorado por nadie en el pasado como con su chico de campo. Su cabello anteriormente purpura había pasado a ser de color negro gracias a dejar de bailar para ganarse la vida. Namjoon le había dejado aprender a preparar los tragos junto a Jin. Agradeció que era buen año en reclutamiento de bailarines y así dejar de ser tocado por cualquiera que pudiese pagarlo. Un par de veces a la semana algún cliente trataba de pasarse de listo con él y ese asco de ser rebajado regresaba con suerte. Esa noche no era diferente, tanto su dúo como Jin habían desaparecido por varios días y era su deber atender la barra.-¿Cuándo puedo verte?
-Lo he dicho ya, no hago ese tipo de trabajo desde hace un tiempo.
-Vamos Jimin.- el señor bien vestido y cara de depravado no dejaba de insistir.- Puedo pagarte el doble.
El mayor lo tomó bruscamente del brazo haciendo que diera un grito ahogado. Cada toque de ese estilo estallaba en recuerdos nada agradables. Antes de poder gritar alguien lo había ayudado.
-Ha dicho que no.- un joven alto de cabellos oscuros hablaba fuertemente con mucha autoridad.- Por favor retírese.
-Maldita sea… no vale tanto.Su salvador se dio vuelta e inspeccionó su brazo buscando algún tipo de herida. Los ojos de Jimin se llenaron de lágrimas ante esas acciones y solo podían ser de una persona: Jungkook. Tuvo la necesidad de saltar sobre la barra y besarlo por toda la noche pero era algo que no podía hacer. Agradecía con todo el corazón que ese increíble espécimen fuese su novio. Hoseok le había hecho ver que era el único cliente que no le causaba asco con cada toque. Desde el primer momento había sido especial.
-¿Estás bien bebé?
Asintió lentamente.- Gracias.
-Tranquilo.-le regaló una sonrisa que siempre lograba tranquilizarlo.- Te esperaré hasta que salgas.
-¿Quieres beber algo?
Negó con la cabeza.- Necesito hablar con Namjoon ¿Estarás bien?
-El turno está por acabar, puedo manejarlo.
-Claro que sí, mi bebé es fuerte.- se acercó a él y dio un suave beso en la frente antes de desaparecer.Cada toque de Jungkook provocaba un mar de sensaciones y sentimientos que no podía evita. Se concentró en el trabajo tratando de no pensar en lo cerca que estaba el chico que lo volvía loco. Su mente se reía de el al reproducir un recuerdo, cuando vio al castaño entrar por primera vez al bar.
*Recuerdo*
-Estoy harto.- la voz del chico en ese entonces peli azul resonó en la habitación de empleados.
-Jimin.- Hoseok acariciaba lentamente su espalda con mucha ternura.- Esto es todo lo que tenemos.
-No me gusta que me toquen Hobi.
-Sabes que puedes quejarte y los sacan del establecimiento.
-Lo sé.- resopló a tiempo que se dejaba caer en la silla.- Pero sus sucias manos ya me habrán tocado.
-Vamos bebé.- el peli azul lo abrazó suavemente.- Todo mejorará.Por más tiempo que pasaba la sensación de asco por bailar para el disfrute de hombre y mujeres lo asqueaba noche tras noche. No tenía nada de malo ese trabajo pero no estaba hecho para ello saber que Hoseok estaba con él lo hacía menos malo. Se recordaba una y otra vez que bailar no era tan malo como tener que acostarse con desconocidos. Lo que más lo hacía torturarse era ver a su mejor amigo tomar todos los clientes que gozaban con las prácticas masoquistas. Alejó esos pensamientos de su mente y se preparó con el traje de esa noche; orejas de conejo, short negro pegado a su cuerpo, tirantes que solo decoraban y lo hacían sentir mucho más expuesto que si no los tuviese, una corbata pequeña de color rosa brillante que era la marca del club.
Namjoon había decidido en algún momento que sería bueno para el negocio organizar viernes temáticos. El peor día de la semana y lo que más odiaba era ser tan popular. Una llamada a su nombre lo hizo recordar que debía moverse. Observó a su mejor amigo salir de la habitación más privada con un rostro de que no le importaba en lo absoluto. Hoseok vestía con un traje similar al suyo pero de color rojo. Le dio una sonrisa cuando se encontraron y le dio ánimos. Respiró hondo segundos antes de entrar en el espacio de paredes rojas, con su propia pasarela para que pudieran disfrutar el momento. La música comenzó y todo el asco escapó de su cuerpo con cada movimiento de su baile. Agradecía poder ser profesional y realizar su rutina sin problema alguno. Algo en el ambiente de ese baile lo obligó a ver hacia su público y sus ojos se encontraron con unos oscuros que lo observaban de forma brillante, fascinados e incluso podía llegar a creer que lo estaba adorando.
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Golden Week [vhope]
RomanceUn chico de pueblo viaja solo a la gran ciudad durante el descanso de la Golden Week. Una visita a sus primos abre un mundo de sensaciones y recuerdos ante sus ojos. Bastó una visita al bar "Sapore di ciliegia" para encontrar lo que cambiaría sus pe...