Adiós Sky- Jikook

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*Advertencia: Capítulo con contenido fuerte*

Los dos amantes se habían encerrado en su apartamento desde que el mayor llegó y Jimin se dejó caer en sus brazos. Las horas las habían pasado entre; abrazos, besos tímidos, caricias, lágrimas y sollozos. Las palabras no habían sido necesarias, solo eran dos cuerpos intercambiando sus emociones de forma física e inocente. Jungkook tomó el rostro de su pequeño chico y comenzó a llenarlo de besos, bebiendo las pequeñas lágrimas saladas que corrían por sus mejillas. El castaño no necesitaba una disculpa, una excusa o alguna razón de los labios de su chico. Sabía de ante mano el pasado duro que Jimin tenía que cargar en sus hombros, estaba listo para quedarse el tiempo que le permitiera estar en su vida, lo que nunca valoró fue el dolor que sentiría ante el sufrimiento de su pequeño novio.

-Lo siento.- la voz de Jimin era apagada, más cerca de un susurro.- Lo lamento tanto.
-Bebé, no te preocupes por nada.- suavemente apartó un par de mechones del rostro del menor.
-Te dejé de lado.- su voz temblaba en su garganta, temía lastimar más a su novio.
-Jimin, lo entiendo, no me necesitabas a mí… necesitabas a Hoseok.
Los ojos de cachorro del lindo chico peli purpura era como un golpe en su corazón, el pequeño cuerpo de Jimin entre sus brazos sumergidos en la oscuridad, sentados en la cama que planeaba compartir para siempre era lo único que necesitaba.

Ante sus ojos Jimin era lo más preciado que tenía, lo que más había deseado desde que sus ojos lo habían visto salir de esa gran tela roja. Desde el primer momento en que sus ojos se encontraron estuvo condenado a entregarle su corazón, la primera vez que escuchó esa preciosa voz todas las fibras de su cuerpo vibraron y como olvidar el primer toque. Agradecía a diario la intervención de su primo y Hoseok que le permitió acercarse a Jimin y poder estar en ese momento a su lado ¿Podría sentir algo tan fuerte como lo que ese chico provocaba en él? Lo atrajo más a su cuerpo tratando de calentar su frágil existencia y con ello ayudarlo. No estaba listo, se regañaba una y otra vez por creer que podría ser de más ayuda.

-Fui muy egoísta.- Jimin se encontraba serio, demasiado para gusto.- Creí que todo había quedado en el pasado, desee olvidar lo que soy… lo que siempre he sido.
-¿Y quién eres?
-Alguien abandonado a su suerte.- su voz no titubeaba, desvió su mirada hacia un punto inexistente en la habitación.- Estoy incompleto… creo que siempre lo estaré.
Jungkook entrelazó su mano con la de Jimin, tratando de hacerle saber que estaba a su lado.
-He sido muy injusto con Hoseok, él jamás lo aceptará… vivió peores cosas que yo y puede rehacer su vida mientras que yo solo lamo mis heridas cual gato asustado.
-Jimin.- Quería decirle muchas cosas, pero debía dejar que su chico dejara salir sus pensamientos.
-Estoy tan cansado de esto, de mí mismo.- chasqueó la lengua.- Sentir sus asquerosas lenguas sobre mi piel, manos tomando mi cadera para evitar mi escape, sus asquerosos miembros dentro de mí enterrándose en lo más profundo, rompiéndome en más de una forma.

Jimin se acomodó en los brazos de Jungkook. El aire dejó de correr a su alrededor y la ansiedad que los cubría se hacía más pesada con el paso de los minutos. El castaño sentía como empezaba a sofocarse. Una vez más se dio un golpe mental por haber creído que podría sobreponerse a escuchar a Jimin, deseaba escapar, posponerlo o que simplemente todo ello no existiera. El estómago se le revolvía con solo pensar en ello, no podía evitar imaginarlo.

-Pero nada dolía como ver a Hoseok ser herido por mi culpa.- sintió el pequeño cuerpo de Jimin estremecerse.- Las veces que lo golpearon por tomar mis trabajos. Lo odio.
Jungkook no podía hacer nada más que escucharlo y lamentarse por el Jimin adolescente que había tenido que vivir esa dolorosa experiencia.
-Odio que me hiciera tan cobarde, odio que me cuidara más que a sí mismo, odio recordar esos días cuando quedaron atrás.- su voz por fin cedió ante el dolor.- Lo amo tanto.
-Lo sé bebé.- Y claro que lo sabía, Jimin amaba a Hoseok más que a sí mismo, eso era algo que el mismo que sentía Hoseok por el contrario se lo había dicho antes de darles su bendición. No podía sentir celos de esa relación, nadie podría hacerlo al conocer lo mínimo de sus vidas.

Golden Week [vhope] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora