🦋Ella no supo en que momento tomaron sus cosas (o por lo menos lo poco que tenía) y la dejaron en medio de la calle donde todo el mundo había presenciado su humillación. Natalie Adams tuvo que recoger a fuerza los pedazos de su corazón y de su mente para entender que estaba sola en el mundo, que las hermanas amorosas no existen y que un buen apellido solo trae desgracias cuándo eres estéril.
El día en que Natalie Adams se tiró al río desde lo alto de un puente en medio de la noche se dió cuenta que morir no era su destino, pero lo que si llegó al infierno fue su nombre junto con sus ganas de querer aguantar más de lo que ya no podía por ser inservible para la familia de políticos.
Natalie le dió a Brielle Brown una nueva oportunidad de redimirse consigo misma, de empezar de cero y de no confiar en los demás... Sobre todo si para comer y dormir bajo un techo te toca prostituirte. En el bajo mundo, Brielle aprendió a defenderse, a pasar desapercibida con su múltiples facetas y a hacer lo que más le gustaba, bailar.
Porque bailar era mejor droga que un porro de marihuana, una inyección de heroína o una inhalación de coca.
Bailar le hacía olvidar, le hacía sentirse libre y de paso le hacía sentirse amada por los muchos admiradores incluyendo uno al que después de mandarle mensajes tiernos de repente le lo hacía mandado mensajes macabros como rosas cubiertas de sangre. Brielle tuvo que dejar los clubes nocturnos y moverse, ella tenía un espíritu de supervivencia y una alerta que le decía que lo más seguro era buscar un lugar donde ella no tuviera que ser esclava de los proxenetas o víctima de algún loco asesino en serie.
Brielle podría defenderse pero hasta allá tampoco.
¿Pero a dónde iría?
Brielle hizo de polizón, llegó de forma impredecible a los buses de viajes estatales para moverse, hizo paradas de autos y camiones a cambio de mostrar sus pechos, pero a costa de su seguridad porque la distracción no duró mucho. La nueva Brielle había llegado a un camión de transporte y el nuevo hombre quería más que verle los pechos, aquello era algo que no quería ella y sin embargo lo que ganó fue que el hombre la lanzara de su camión en movimiento.
Dios te quiere, Brielle.
Brielle obtuvo una demostración que debía detenerse, que debía establecerse y que debía comer.
Herida, en medio de una carretera y sola por primera vez la joven humana rogó en sus adentros llegar lo más rápido a un lugar donde por lo menos hubieran luces porque la de los autos en movimiento solo le advertían que de una u otra forma ella iba a ser atropellada, ella lo que más quería era no ser una N.N. Hasta que llegó a una casa que parecía abandonada, tocó y no hubo nadie pero bajo la luz del bombillo en la entrada principal supo que no estaba bien, supo que tenía un brazo lastimado y que habían magulladuras muy feas en sus piernas.
Se sentó bajo el porche de aquella casa, no tenía más que sus documentos falsos, un par de cambios de ropa y varios atúnes para dos días más. Brielle no iba a detenerse hasta buscar el lugar de la felicidad dónde pudiera darse un baño, comer unos emparedados y dormir entre cojines suaves.
Ella sintió una pesadez, el aire cambió de frío a helado que tuvo que sacar un sucio abrigo de su bolsa deportiva para cubrir su torso, de repente sintió un miedo que hizo que su cuerpo gritara alerta. No quería sentir miedo pero la puerta de aquella casa en medio de la carretera en el bosque hizo el típico sonido del chillido en una película de terror.
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AMORES DE GREENVILLE 3: La Bailarina y El Chacal *FINALIZADA*
Ficción GeneralBrielle Brown huye para encontrar un nuevo camino y lo que encuentra en su intento de sobrevivir es un mundo lleno de seres sobrenaturales en una ciudad que lo tiene todo. Greenville es la segunda oportunidad que se merece, quiere estar allí y no le...