CINCO

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La nevera estaba vacía y no supo cuando dejó de abastecerla, Brielle tuvo un gruñido de estómago y luego suspiró pesadamente para dejarse caer en cuclillas. Ya lo único que le quedaba en su billetera era como para comer en unos días más y Shannon no había decidido si seguir trabajando o irse, bien pudo haberse marchado pero todavía guardaba la esperanza de seguir trabajando para la Fauno.

Esperar era necesario pero comer era importante.

Fue al local de abastos y más o menos calculó los víveres y demás alimentos que tardarían en acabarse para la semana. Llegó a la caja y apenas vio que el chico le había dado un precio elevado ella miro su billetera con vergüenza.

Hasta que un billete pasó por su mirada, la dueña era una mujer bajita como de unos sesenta años rodeada de su hiyab color tierra sobre su cabeza. Los ojos casi dorados de la mujer le hicieron saber que no desistiría hasta que ella tomara dicho billete para pagar así que cuando lo tomó y lo aceptó esta pareció complacida. El chico de la caja le dió el cambio y ella se lo regresó pero la mujer sonrío empuñando suavemente dentro de su mano.

—De acuerdo. —Dijo ella y trató de hacer un gracias con la cabeza pero la mujer la tomó por el brazo, la inmovilizó y luego la introdujo a fuerza en un auto.

— ¡¿Acaso está loca?! —Ella miró a todos lados intentando buscar ayuda pero no lo logró. — ¡Auxilio! ¡Una loca me está secuestrando!

Y ese día era viernes, los viernes ella preparaba su número en la tarima, limpiaba el bar y conectaba con los proveedores, nunca siendo secuestrada por una mujer que había pisado el acelerador con tal precisión como cuando un criminal sale de robar el banco. La mujer hizo la de Letty en Rápidos y Furiosos, derrapó en cada esquina y cuando llegó a una casa al final del área urbana la sacó a fuerzas del auto para tomarla como las mujeres de lucha profesionales.

¿De dónde sacaba la mujer semejante fuerza?

La mujer colocó a Brielle sobre sus pies dentro de aquella casa, todo allí era en estilo árabe y ella empezó a tener miedo pero entre más pensaba y buscaba la lógica más se asustaba.

Una joven como de unos 20 años apareció y Brielle se fijó en cada detalle de su físico, era hermosa con un hiyab azul cielo y un vestido discreto, sus ojos ambarinos dominaban todo su rostro.

Igual que el impensable.

La chica pasó su rostro de ella a la mujer y luego suspiró molesta.

— ¿Es en serio, madre?

La chica llegó a dónde Brielle y la miro muy apenada.

—Disculpa a mi tonta madre, es la quinta vez en todo este tiempo que hace eso.

Otra chica un poco mayor que la primera apareció con la boca abierta, tenía un hiyab verde y una mirada muy sorprendida al punto de maldecir en ese idioma árabe que tanto le hacía enojar a Brielle.

— ¿Debo adivinar ahora? —Dijo la chica a la mujer de mayor edad: — ¿Has desistido de las lobas para saltar a las humanas?.

Entonces la mujer habló rápidamente, si hubiese hablado otro idioma diferente al árabe tampoco se le hubiese entendido y las otras chicas le siguieron, cuando Brielle decidió que era hora de escapar se encontró con la mirada curiosa del hombre que tanto le intimidaba y le exasperaba.

— ¿Qué haces aquí? —El pensó por un momento la situación y abrió la boca: —Viniste por mí.

Brielle se cruzó de brazos y lo miró enfadada. — Supongo que esto de ser secuestrada por una loca es obra tuya.

AMORES DE GREENVILLE 3: La Bailarina y El Chacal *FINALIZADA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora