DOCE

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Brielle conoció la casa de la piscina que era de Mourad cuando este se casara, probablemente nadie podía creer que él había mantenido sus manos quietas lejos de ella pero así fue. Mientras ella durmió sola en la habitación principal él estuvo adelantado muchos trabajos y negociaciones pendiente para su marca de diseño. Varias horas después Mourad se había quedado dormido sobre su escritorio para ella aprovechar en salir de allí sin darle explicaciones y la verdad era que quería estar sola para pensar y no perderse.

Por un lado estaba confundida acerca de todo lo que le había sucedido con Mourad y por otro lado estaba asustada con respecto a parte de su pasado que ella quería dejar atrás.

¿En qué momento de su vida como prostituta ella había conocido a JJ?

Regresó a su apartamento una vez que el calor de la mañana apareció, no pudo negar que le había dado dolor al no despedirse del hombre que dormía sobre su silla de escritorio con masajeador incluído marca 3000.

En su apartamento, se bañó, vistió y luego se preparó un café para sentirse vacía porque a la final estaba sola como siempre lo había estado en su vida. En la silla del comedor de la cocina elevó las piernas y se abrazó a si misma, la razón por la que ella había dejado atrás a Natalie era porque nadie la extrañaba y ahora había un extraño en su vida como Brielle al que seguro le haría falta.

¿Irse de Greenville o moverse a otro rumbo?

¿Mourad la extrañaría?

Ella era muy poco para el, podía tener cosas locas en su vida pero era alguien bueno que a pesar de ser lo que era le había mostrado un lado que no había esperado, le había hecho reír y por un minuto le había hecho soñar.

La vida te trae sorpresas.

Varias horas después Mourad llegó con un ramo de rosas grandes y preciosas como si recién hubiera llegado la primavera, eran de todos los colores y las notas olfativas inundaron su nariz con un toque dulce muy suave.

— ¿Me permites pasar?

Ella suspiró con pesadez, así no se podía pensar en absoluto sobre lo que estaba pasando en su vida. Le dió la señal con la cabeza de entrar y luego procedió a buscar un florero o algo en donde colocar las rosas.

— ¿Que haces aquí?

—Aparte de preguntarte si estás huyendo quería saber si estabas bien.

Ella abrió los ojos con sorpresa y se mostró esquiva ¿Desde cuándo el la conocía?

—Estoy bien.

—No lo estás.

— Si lo estoy.

—No lo estás.

Entrecerró los ojos y se rindió ante la terquedad del hombre.

— Estoy... —Una ligera pausa para una verdad a medias. —Confundida, tu me confundes y no sé que es lo qué esperas de mi.

El hizo unos pasos delante de ella y sonrió.

—Quiero hacerte de todo menos daño, quiero quebrar tu corazon sin que tengas que recoger ni un pedazo y quiero hacerte mía convenciendo tu conciencia que al despertar no tengas que huir.

—Seguramente lo que quieres es disfrutar del cuerpo humano en el cual has entrado y salido como se te ha dado la gana. —Ella quiso ser cruel para el momento porque quería no verlo más, quería liberarse de él: — ¿Qué se siente hacerlo con una prostituta? ¿Qué se siente entrar y salir en un cuerpo mancillado por mi misma como castigo?

AMORES DE GREENVILLE 3: La Bailarina y El Chacal *FINALIZADA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora