Aún me sigue asombrando la línea de tu nariz,
tus cejas (alas de gaviota que vienen en picada hasta la profundidad de tus ojos),
tu pelo que se me queda en la boca,
tu ojos al que recurro para verme.
Sabes que se te ve bien, sabes que te estoy viendo.
Sonríes y continúas así. ¿Por cuánto tiempo ? no lo sé.
Tal vez en algunos años ninguno sepa nada del otro.
Por eso te guardo en la memoria antes que te me pierdas.
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La Chica de los Calzones Rosados
Kurt AdamA ella le encantaba bailar. Teníamos veinte años cuando vivimos algo así como una relación de novios. Me esforcé para reconstruir a Karla conmigo: no a Karla, aquella mujercita intelectual, atrevida e idealista que vivía el estudio de las leyes y la...