11.─ PERXAS

339 35 2
                                    

Si el amor fuera suficiente.

Era el único pensamiento que invadía su mente mientras tomaba un sorbo de su café cargado.

Era otra de esas noches.

Sentado en el sofá individual desde el pequeño rincón en una ventana que tenía por biblioteca, rodeado de todos los libros que leyó y amó alguna vez, intentaba concentrarse en una nueva historia.

No pudo.

Raúl acababa de abandonar su hogar hace ya un par de horas y la ansiedad le estaba carcomiendo desde el fondo de su ser.

Ella había vuelto.

Después de un viaje de negocios de semanas las cuales el contrario había pasado algunos días en su hogar.

Y si fuera su decisión, no lo hubiera dejado ir.

El chico pelinegro se encontraba atrapado en un matrimonio tortuoso.

Arreglado por sus difuntos padres y en el que seguía por motivos insuficientes a su parecer.
Nada le forzaba ya a estar al lado de una persona tan demente como sólo podía clasificarla a ella, sentía que el castigo autoimpuesto por el mismo chico sólo era otra forma de castigarse por no haber sido valiente en el pasado.

Él mismo estaba enfermo con la situación y la incompetencia llenaba su pecho cada que su amado tocaba la puerta con un nuevo golpe que "había sido accidental" en una discusión.

Sólo podía desinfectar sus heridas con atención y cuidarle el resto del día como se merecía.

Soltó un suspiro resignado.

Si el amor fuera suficiente le gustaría que sus sentimientos alcanzaran a Raúl y le ayudasen a librarse de esa prisión.

Si él fuera suficiente desde hace mucho habría tomado sus ahorros y convencido al otro para mudarse a un rincón del mundo, a un lugar que se convirtiese en suyo y donde nada ni nadie los alcanzara.

Si su confianza fuera suficiente le habría dicho en incontables veces que lo amaba.

Pero nada lo era.

Aunque sea así lo sentía.
Mientras se recordaba los años que llevaba perdido en la mirada amable del otro.

Intento enfocar inútilmente una vez más su atención en el libro que posaba entre sus piernas, cuando el timbre le sorprendió.
En el fondo no sabía si alegrarse o asustarse de escucharlo ya que, sólo podría esperar a una persona a esas horas.

Abrió con manos temblorosas la puerta de madera.

Jaume muchas veces en su vida había estado asustado, su niñez no fue mala si la comparaba con otras personas que conocía, perdió a muchas personas en su adolescencia y ahora la vida le trataba relativamente bien.

Hasta ese momento.

Nada le hubiera preparado para la sensación que le invadió cuando un pálido Raúl con el cabello despeinado y lágrimas en los ojos estaba en su entrada.

El largo abrigo negro sobre sus hombros no alcanzaba a cubrir su mano ensangrentada que presionaba con fuerza el abdomen.

Sintió sus ojos nublarse.

Nunca se había sentido tan capaz de lo que fuera.

Sin decir palabra tomó de al lado las llaves de su coche y paso el brazo desocupado de Auron por sus hombros, lo acomodó en el asiento de copiloto lo más recostado que se permitía para que no hiciera esfuerzos.

Ni siquiera se pregunto como había llegado sin llamar la atención en medio de la noche de esa manera.
Nunca estuvo más agradecido de vivir cerca del contrario.

Cuando estaban a punto de llegar al hospital más cercano, un suave "lamento molestar" llegó a sus oídos seguido de una disculpa por manchar el coche.

Por toda respuesta sólo pudo soltar una risa cargada de amargura y pasarse una manga de su pijama por los ojos, apartando las lágrimas que se acumularon.

Si Raúl supiese que la última preocupación de su vida serían esas manchas de sangre, si escuchara de sus labios que podría dejar cualquier pertenencia y la totalidad de ellas si eso significase su seguridad y felicidad.

Apenas llegaron aparcó lo peor posible y salió rápidamente de su asiento para gritar por ayuda, una enfermera salió a su llamado y le ayudo a transportar a Raúl de la mejor manera.

Habían pasado a penas unos minutos desde que perdió de vista al contrario cuando se permitió a si mismo llorar.

La respuesta iluminó su mente como si de la mayor obviedad del mundo se tratase.

Su amor era suficiente.

Si no lo era, lo haría serlo.

Llamo a los abogados de la familia una vez que comprobó que podía hablar sin que se le quebrase la voz, les comento la situación y les pidió estar atentos, también al de más confianza le pidió que comenzara a ver las opciones para tramitar una orden de alejamiento.

Llamo al banco y aviso de la suma de dinero que estaba por retirar lo antes posible, se lo mencionó a su contador en unos minutos y finalmente le comento a sus padres lo que estaba pasando y les pidió tiempo libre de la compañía familiar.

Su padre por toda respuesta le preguntó si esto era un impulso o una decisión.

Puede que un impulso, reflexionó en silencio, pero le parecía la mejor decisión de su vida.

La primera en salir es la misma enfermera que le ayudó en la entrada, se acerca en silencio y le cuestiona que tan malo sería que Raúl viajase en menos de 24 horas, le recomienda esperar.

Podría esperar.

Un par de días serían suficientes y le comentaria a Raúl sus opciones legales, le mimaria con sus comidas favoritas y le permitiría hacer cualquier comentario acido sin réplicas.

Lo cuidaría.

Sabía que no sería fácil, que ella no les dejaría irse sin dar pelea, pero sólo le queda confiar en sus propias fuerzas y la de las personas que le ayudarán en el proceso.
Era consciente de que esa lucha no era suya, sin embargo, se sentía como propia desde que vio el daño que Raúl recibió.

Oh.

Esperaba que Auron no se molestara si se involucraba.
El chico jamás se había molestado con él y si lo hiciera por algo así...

Los sentimientos de confusión y ansiedad que comenzaban a esparcirse fueron callados cuando el pelinegro salió del lugar.

Se hubiera puesto de pie si la cálida sonrisa de Raúl no lo hubiera congelado en su sitio.

El chico se acercó a paso firme pero lento, inmediatamente cuando llegó se recargo en su costado, subiendo con torpeza una de sus piernas encima de una propia, casi se sentía como si Auron se estuviera refugiado en su pecho.
Con un movimiento lento e inseguro le rodeo con un brazo los hombros, cuidadosamente lo acercó más a si mismo.

Sintió el momento exacto en el que su amado se relajó y le comenta con voz suave si prefiere chocolate caliente o una infusión de té con leche antes de dormir esa noche, la respuesta llega con una pequeña risa contenida a sus oídos, haciéndole sentir pleno.

Mañana tendrían suficiente tiempo para hablar de lo que podría pasar.

Deja un beso entre los aún despeinados cabellos antes de recargar el mismo la cabeza sobre estos.

Raúl comenzó a contarle el procedimiento con palabras complejas que sabía, había sacado del doctor, su voz era amortiguada por el abrazo en el que se encontraban al igual que las pequeñas risas que soltaba cuando estaba por contar algo hilarante.
Realiza uno que otro comentario para secundar las bromas del contrario y no se permite moverse hasta que el pelinegro lo hace, despacio y con una sonrisa tan brillante como sus ojos.

En ese momento, siente que nada puede salir mal.




















Que bonito el perxiplay:( ♡

Espero les gustara, muchas gracias por apoyar.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 20, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

The Good Demon                                       ⌈AuronBowl⌋   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora