❤️Capítulo 8❤️

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-Muy bien princesa, te lo contaré como una historia-23:26

¿Una historia? Mi impaciencia empezó a crecer y acurrucándome en mi cama esperé ansiosa.

Después de ese mensaje estuvo escribiendo por unos largos minutos, hasta que el revelador sueño escrito llegó.

-Te tenía frente a mí, en mi habitación, tu estabas con los brazos cruzados y decidida a desobedecerme, por lo que después de cerrar mi puerta con llave me acerqué a ti con lentitud.

"No te llamaré papi ni aunque mi vida dependiera de eso, así que por favor déjame salir" dijiste nerviosa al notar como te acorralaba contra la cama.

"Eres una niña muy malcriada...necesitas que te disciplinen"

Sin esperar más te empujé hacia la cama y me posicioné sobre ti.

"¿Qué...qué estás haciendo Eros?" tu respiración se notaba agitada y me mirabas asustada.

"Regla número uno: no me llames Eros, soy papi" susurré cerca de tu rostro.

"Suéltame" forcejeaste para librarte, incluso levantaste tu pierna para darle a mi entrepierna, pero lo evité dándote la vuelta para que quedaras boca abajo.

"Regla número dos: aquí el que manda soy yo" dije inclinándome sobre ti.

Mordiéndome el labio dirigí mis manos hasta el borde de tu pantalón y lo bajé con delicadeza.

"No, basta" intentaste levantarte pero agarré tus manos con mi mano izquierda y las sujeté apoyándolas sobre el respaldar de la cama; mientras que con mi mano derecha bajé por completo tu pantalón y acaricié tu magnífico culo.

A estas alturas sentía mi pantalón explotar y mi pene dolía, pero me aguanté.

"Mierda, Eros, déjame" gruñiste con enojo.

"Regla número tres: nada de groserías" dije a la misma vez que levantaba mi mano y la estrellaba con fuerza contra tu culo.

"¡Ah!" Chillaste sorprendida.

Ese no fue el único ni último azote que te dí, porque no dejabas de romper las primeras tres reglas. Por lo que recién en la nalgada número quince te rendiste y suspirando dijiste:

"Por favor, ya no más...papi"

Con satisfacción acaricié tus nalgas para calmar el dolor, ellas ya estaban rojas y resaltaban en tu suave piel. Me encantó la imagen, pero aún así te subí el pantalón y dándote la vuelta miré como estabas roja, con algunas lágrimas cayendo de tu rostro.

"Haré lo que pidas" dijiste sorbiendo tu nariz.

"Ven aquí, princesa" me senté en el borde de la cama y palmeé mí regazo.

Limpiando algunas lágrimas obedeciste y te sentaste sobre mis piernas, colocando tu adolorido culo sobre mi adolorida erección.

"¿Sientes lo que me has echo?" susurré en tu cuello.

"Sí..." respondiste tan agitada como yo rodeando mi cuello con tus brazos.

"Si tú me ayudas con mi dolor...yo lo haré con el tuyo" dije acariciando tus nalgas nuevamente.

"Bueno, papi"-23:31

-Luego, y antes de que la acción empezara, lamentablemente desperté...😪-23:31

Obsesión en Línea (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora