Obsesión en Línea (+18)

♥️Prólogo♥️

🍁Pov Halsey🍁

–Y no lo olvides: nada de dulces y lo duermes antes de las diez–

–¿Desde cuándo soy tu niñera?– me cruzo de brazos.

–Desde que soy tu hermana mayor y haces lo que yo te diga– termina de pintarse los labios y me sonríe con superioridad.

–Reiny, enserio, hoy es día de ver un maratón en Netflix–

–No me importa, si no haces esto por mí hazlo por tu sobrino–

Justo en ese momento mamá sale de la cocina con Bruno en brazos.

–Este niño come más que un adulto promedio– dice ella dejando al pequeño en el suelo.

–Mamá ¿Ya estás lista?–

–Sí, cariño– se coloca el bolso en el hombro y me mira con seriedad –Halsey estás a cargo, confiamos en que...–

–Ma, no es la primera vez que cuido a la casa y al niño– sonrío con confianza –Ustedes diviertanse con sus compras que yo tengo todo bajo control–

Mi mamá me da un beso en la frente, se despide de mi sobrino y sale de la casa.

–Adiós, bebito–dice Reiny abrazando a su hijo como si fuera un peluche.

–Mamá- ríe él mientras balbucea en su idioma de bebé.

–Acuerdate de nuestro trato: una semana lavando platos y organizando mi habitación– la miro entrecerrando los ojos.

–Sos mi favorita, no se lo digas a Connor– me besa la mejilla efusivamente.

–Lo sé– sonrío y la abrazo.

–Halchi, upa– extiende sus brazitos mientras me mira haciendo un puchero.

–Brunito, dile adiós a mamá– lo tomo en mis brazos mientras él empieza a hacer puchero.

–¿Dónde va Mami?– empieza a sacudirse en mis brazos mientras ve como mi hermana sale de la casa y cierra la puerta.

–Shh, no, no, no, ni se te ocurra llorar– lo giro y hago que me mire -En un rato volverá con la abuela, tranquilo-

–Yo queyo ir con Mami– señala la puerta con lágrimas en los ojitos.

–No puedes hacer el mismo berrinche siempre, debes de irte acostumbrando a tener una madre adicta a las compras y a las fiestas– explico suavemente.

Bruno empieza a llorar y a patalear mientras llama a su mamá con desesperación.

–¡Okey! ¡Okey! Tu ganas, iremos a la plaza ¿Quieres?– propongo con emoción.

–Chi, chi ¡paza! ¡paza!– empieza a sonreír y me abraza con alegría.

Sip, bipolar y manipulador a la tía.

Dejo al niño en el sillón y subo a buscar el bolso con sus cosas, una vez que lo tengo junto con mi celular vuelvo donde está el castaño.

–¿Vamos?– sonrío en el momento en que me agarra la mano y corre hacia la puerta.

En el camino Bruno señala cada paloma y cada perro que vemos mientras grita de emoción. Es como si nunca lo sacaran a pasear.

–Halchi, culumpo– señala el columpio cuando llegamos a la plaza.

–¿Cuando me vas a dejar de llamarme "Halchi" y me vas a empezar a decir tía?– pregunto con indignación.

–Halchi, Halchi, Halchi– canturrea burlándose.