Halsey, una adolescente tierna, graciosa e inteligente, llevaba una vida común y corriente...hasta que un mensaje lo cambió todo.
"¿No quieres hablar conmigo?" "¿Con quién hablas?"
¿Quién dice que alguien no puede amar o...incluso obsesionarse de al...
La ira al escuchar detrás de la puerta esas palabras me provoca apretar los puños y la mandíbula, mientras intento no golpear a la pelirroja frente a mí.
–Te hice una pregunta– digo entre dientes mientras que con el pequeño en brazos me acerco a ella.
–Nada, no hacia nada. Dame a mi hijo– extiende los brazos para que se lo entregue pero me echo hacia atrás.
–También es el mío ¿no?
–Eros...por favor– en sus ojos se refleja miedo y nerviosismo.
–Si Halsey hace caso a lo que dijiste, te juro que te arrepentirás Kaisy– amenazo mirando al niño.
Con mis dedos acaricio su suave y pequeña carita, encantado con la inocencia que desprende.
Tal vez Halsey y yo podríamos criarlo juntos...estoy seguro que ella sería una muy buena madre.
Y la mejor esposa.
–Yo-yo...lo siento, es solo que vi un mensaje y ella llamó y...me dejé llevar por el enojo– se disculpa a punto de llorar otra vez.
–¿Enserio? ¿te gustaría que yo también me dejara llevar por la furia que siento en este momento?– digo con calma y la miro con serenidad fingida.
–No, no, por favor dame al niño...– ruega con preocupación al ver mi semblante.
Con lentitud le entrego el bebé aún dormido y aprovechando el acercamiento le susurro al oído:
–Halsey es mi vida, y si la alejas de mi lado te juro que yo te quitaré la tuya ¿entendido?
Con esto último me referí al niño; si de verdad es mío podré llevármelo.
La ojiazul asintió lentamente y acurrucó a James en sus brazos, para después salir con apuro de la oficina.
Cerré la puerta y con rapidez regresé hasta mi escritorio y agarré mi celular deseando ver más mensajes, pero no hay nada sin leer.
Rápidamente marqué el número de mi hermosa castaña, deseando que conteste.
*Llamada en curso con Mi Chica*
–¿Nena?
–Decime que es mentira, por favor. Lo necesito escuchar– responde con la voz notablemente quebrada y agitada.
No, no, no ¡mierda! está llorando...
–Amor, cálmate yo puedo explicarlo...Kaisy y yo solo estuvimos juntos una sola noche, no llegamos a ser nada formal.
–Pues eso no es lo que ella me dijo– dice hipando –¿Es verdad lo del bebé? ¿sos padre y no me lo dijiste?
–Acabo de enterarme, princesa. Te juro que no lo sabía...estuve con ella hace más de un año y...– trato de explicarme pero ella me interrumpe.
–No hace falta que mientas. Si son una familia solo me lo debes de decir y ya, no les estorbaré más.
–¿Familia? ¿qué estás diciendo? Halsey, no es así. Déjame explicarte.
–¿Por qué me mentiste? Dijiste que tus aventuras habían sido cosa pasada, pero viene esta chica y me dice que no me entrometa entre ustedes...¿sabes cómo me siento ahora? ¡Una puta!– solloza con rabia.
–Mierda, Halsey no digas esas cosas– gruño frustrado –No sabes cuantas ganas de tenerte enfrente tengo para que me creas. Yo te amo a ti.
–Parece que eso no fue suficiente...
Se toma unos segundos en silencio y suspirando dice algo que me parte el corazón.
–Es estúpido que me ponga tan mal, al fin y al cabo, vos y yo no eramos nada...
–¿Qué mierdas estás diciendo ahora? ¿acaso te dejarás influenciar por una perra que ni conoces?– estallo enojado.
–Me dejé influenciar por vos ¿qué más da?– contraataca de la misma forma.
Cerrando los ojos regulo mi respiración para no alterarme demasiado.
No es un buen momento para sacar tu rebeldía a la Luz, amorcito.
–Escúchame, Halsey: tú eres el amor de mi vida, tú me amas y yo te amo a ti. Eso es lo único que importa.
–¿De verdad? Eros ya no puedo confiar en vos...tal vez estés confundido y en realidad estés enamorado de ella y no de mí– hace otra pausa –Y tal vez eso sea lo mejor...tienen un hijo y deben de estar juntos con él.
–No, no, no. No digas eso, por favor ¡maldita sea!– golpeo con brusquedad la mesa frente a mí.
Desde el otro lado escuché un bufido de indignación. Estoy seguro que está maldiciendo por lo bajo.
–Halsey eres hermosa, inteligente y me vuelves loco. Joder eres perfecta y eres mi novia, quiero que seas parte de mi vida ¿Entiendes? No sé si ese niño es mi hijo, pero de lo que sí estoy seguro es que te necesito como el aire que respiro.
Volverme un asqueroso romántico es la única manera para que me haga caso, lo descubrí cuando comenzó a ser mi sumisa.
–Lo que sientes por mí es atracción, deseo, nada más. Ahora lo veo, puedes conseguirlo en cualquier chica, pero en vez de eso estás perdiendo tu tiempo con una adolescente hormonal como yo. Por eso pienso que lo mejor será dejar esto aquí.
Negando tironeo de mis cabellos con rabia.
–No lo entiendes, no es solo atracción. Produces en mí sentimientos que hasta desconocía que podía lograr tener...no permitiré que rompas lo nuestro.
–Eros...
–No, Halsey. Me rehuso ¡Coño! Tú eres mía, mi chica. De nadie más, y no te dejaré, así que saca esa estúpida idea de la cabeza.
–Adiós, debo irme...
–No, no, no ¡Halsey, escucha!
*Llamada finaliza*
Me colgó.
Inmediatamente la intento llamar otra vez, pero al parecer apagó el celular y tal vez también me bloqueó en Whatsapp.
–¡MIERDA!– grito con rabia y arrojo contra la pared el celular.
Al ver los pedazos del aparato esparcidos por el suelo la ira crece más en mí y vacío mi escritorio tirando todo al suelo.
Maldita Kaisy...maldito el momento en que me acosté con ella y ¡Maldito el momento en que Halsey entró en mi cabeza!
Los azotes que le daría a esa niña...o mejor dicho, los que le daré.
–¡¿QUÉ CARAJOS TE PASA?!– grita Adam entrando junto con María, los dos mirándome como loco.
Y eso es lo que creo que me he vuelto: un puto loco lleno de rabia.
–Me largo de aquí– gruño tomando mi chaqueta.
–¿Qué? ¿Para dónde vas?– dice Adam sujetando mi brazo.
–Necesito comprar un pasaje de avión.
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