❤️Capítulo 24❤️

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–Estaba a punto de entrar– dice mientras me planto frente a él con enojo

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–Estaba a punto de entrar– dice mientras me planto frente a él con enojo.

–Le quebraste un par de costillas.

–¿Es todo? me siento decepcionado de mí...– suspira tocando su pecho con "angustia"

–Tarado, es serio– golpeo su hombro rodando los ojos y dándome la vuelta hacia la calle me alejo.

–Se va a recuperar, ya, no lo maté ¿okey?

–Pero lo hubieras echo– digo con indignación.

–No exageres, no soy un asesino. Él se metió con lo que es mío y quise dejarle en claro que eso estuvo mal.

Camina junto a mí y entrelaza nuestras manos.

–Podrías haber hablado en vez de golpear.

–Lo siento nena...los celos me cegaron– dejamos de caminar y me acaricia el pelo, al parecer le gusta –No lo volveré hacer, la próxima lo amenazo y listo, lo prometo.

Sin evitarlo empiezo a reír y niego con gracia.

–Algo es algo. Agradece que sus padres no saben quién sos, pero te estuvieron buscando en el hotel– recito lo que Gabriel me dijo.

–No importa, ya no me quedaré ahí– se encoge de hombros.

–¿Y qué vas hacer?

Abrió los labios para contestar pero el sonido de una fuerte bocina de auto nos interrumpió frenando a nuestro lado.

¿El auto de mi papá?

–¡HOLAAA!– gritan bajando la ventanilla.

–Atenea Jimenez– me acerco enarcando una ceja.

–¡Halchi!– chilla emocionada y baja del vehículo para abrazarme eufóricamente.

–Hola traidora– también la abrazo pero finjo estar ofendida.

–¡Te extrañé!– me besa las mejillas –¿Cómo estás? ¿qué tal te fue?

Entrecierro los ojos y me cruzo de brazos, sin inmutarme cuando Eros me abraza por detrás rodeando mi cintura con sus brazos.

–Uy, ya veo que bien– sonríe pervertida y me guiña un ojo.

–Sos una perra traicionera– comento con seriedad.

–Yo también te amo, no me agradezcas.

Ruedo los ojos y se me escapa una sonrisa al verla tan alocada y feliz.

–¿Y vos? se nota que te fue mejor que a mí.

–¿Mejor? Auch, me lastimas nena– dice Eros separándose de mí.

Riendo a carcajadas ante su cara lo abrazo y dejo un beso en su mejilla.

–Si no estuviera adolorida, lo haríamos de nuevo– susurro en su oído, robándole una mueca de sorpresa.

Obsesión en Línea (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora