Halsey, una adolescente tierna, graciosa e inteligente, llevaba una vida común y corriente...hasta que un mensaje lo cambió todo.
"¿No quieres hablar conmigo?" "¿Con quién hablas?"
¿Quién dice que alguien no puede amar o...incluso obsesionarse de al...
Me levanté temprano para ir al colegio y me puse el uniforme escolar, el cual consiste en un pantalón negro de vestir, zapatos del mismo color y chaqueta gris.
Sí, para nada el típico uniforme tumblr que "que toda chica quiere tener", menos yo, porque no me gusta mostrar mis piernas en público así que agradezco no tener que usar falda.
En fin, después de medio peinarme como pude salí de la habitación para ir a desayunar.
–Buenos días, gente– saludo entrando a la cocina.
–Alguien se levantó de buen humor– dice mi papá sonriendo.
–En realidad no, hoy tengo dos exámenes y una lección oral– me siento en la mesa.
–¿Y no estás estresada?– pregunta mi mamá con sorpresa.
–¿Te sientes bien?– le sigue Connor mirándome como bicho mutante.
–Sip, solo tengo hambre– agarro toda la comida que puedo y empiezo a comer con ganas.
–Nada raro en vos, vives comiendo– se burla papá.
–A alguien habré aprendido– le saco la lengua.
–Ya me voy a trabajar, chau– se despide de mamá dándole un beso en los labios y se va con aire ofendido.
–Connor, anoche no se habrán quedado hasta tarde en la pijamada y habrán drogado a Halsey ¿Verdad?– indaga mamá.
–No, ni siquiera terminamos de ver la película elegida por ella porque a la señorita se le dió por abandonarnos– me mira acusatorio.
–Ustedes se lo buscaron– contraataco de la misma forma.
–No fue para tanto, solo te quité el número de la dominicana, nada más, eso no es excusa para obligar al pobre Gabriel a irse temprano a su casa–
–Pues...yo no le dije que se fuera, solo fui a mi pieza a hablar con mi amiga, nada más– sigo comiendo con tranquilidad.
–Halsey, eso es de mala educación– me reta mamá.
–Bueno ya– me quejo parándome –Mejor me llevo unas galletas y me las como en el camino– junto las de chocolate en una bolsita y la guardo en mi mochila.
–Es temprano, el transporte público pasa en media hora– dice mi mamá mirando el reloj de pared.
–No importa, me gusta llegar primero y poder escuchar música mientras espero–
Connor resopla como caballo y también se para y se coloca la mochila.
–Vamos–
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–Eso es demasiado turbio...– dice Tomás con cara de traumado.
–Espero que ni estés considerando pasarle el número– advierte Mateo enarcando una ceja.
