–No, no habrá ninguna primera vez– digo colocando mis manos sobre su pecho.
–Claro que sí, y una segunda...y una tercera...y todas las que quieras– sus besos subieron hasta mi barbilla y pasó su lengua por el contorno de mis labios.
–Basta, no, no, no quiero esto– cierro los ojos con pesar.
–Con que no ¿eh?– sonrió perverso y tomándome de la cintura me levantó.
–¡No! ¡Eros!– me quejo tratando de bajar, pero solo logro que él camine hasta la cama y me coloque suavemente sobre los pétalos.
–¿Sabes? no me he podido sacar de la cabeza eso que piensas que solo siento atracción por ti...– habla pausado
Acto seguido se arrodilla con sus piernas a cada lado de mi cadera.
–Por ello quiero informarte que piensas mal: mis sentimientos sobre ti sobrepasan cualquier atracción...incluso cualquier locura.
–Pu-pues yo no siento lo mismo– digo tratando de ignorar el nudo en mi garganta.
–No le mientas a papi, muñeca. Los dos sabemos que me amas y deseas tanto como yo a ti– acaricia mi pelo y se inclina sobre mí, sin dejar que su peso me aplaste.
Contengo un gemido mordiendo mis labios al notar la dureza de su entrepierna hace contacto con mi feminidad.
Mi corazón late desenfrenado y para no demostrarle que está ganando no hablo, solo niego con mi cabeza y hago el ademán de levantarme.
–Si no sientes lo mismo por mí, entonces supongo que si hago esto no pasará nada– agarra con una mano mis brazos y los coloca sobre mi cabeza, mientras que con su otra mano levanta ligeramente mi falda –Y supongo que tampoco estás mojada...
Cierro bruscamente mis piernas en el momento en que él mete su mano bajo la tela de la falda y acaricia mi vagina sobre la tela de la ropa interior.
–Que extraño...– frunce su ceño –Sí estás mojada, princesa...al parecer tu cuerpo delata a tu mente ¿no?
Maldito. Está jugando con mis hormonas.
–Bien, lo admito– gruño enojada apartando su mano –Sí, si me gustas y te deseo.
Sorprendido y sonriente se aleja un poco de mí.
–¿Y...?– con una mirada victoriosa me incita a continuar.
–...Y si viniste hasta aquí por mí...entonces te creo, papi– finalizo un tanto avergonzada de decirlo en voz alta.
–No sabes lo loco que me vuelves, nena– gruñó abalanzándose sobre mis labios.
Torpemente intenté seguir el beso y, al mismo tiempo que mis brazos rodearon su cuello, Eros comenzó a desabotonar mi camisa.
–Mierda– jadeé de excitación cuando sentí que había mordido mi labio.
ESTÁS LEYENDO
Obsesión en Línea (+18)
RomanceHalsey, una adolescente tierna, graciosa e inteligente, llevaba una vida común y corriente...hasta que un mensaje lo cambió todo. "¿No quieres hablar conmigo?" "¿Con quién hablas?" ¿Quién dice que alguien no puede amar o...incluso obsesionarse de al...