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14 de febrero de 1992.

El alemán acababa de rechazar una de sus fabulosas salidas con sus amigos para ir a un bar, ¿a que?, pues a desahogar sus penas de desamor, estas fechas no le daban buenos recuerdos.

Al sentarse el la barra del establecimiento no pasó mucho tiempo para que alguien se sentara al lado, pero si pasaron unos minutos para reconocer que el que se había sentado al lado suyo era el ruso.

-¿Russland?- Alemania decidió hablarle, decidió dejar ese pasado atras, pero en cambio el ruso casi se atraganta con su trago al verlo.

-¡Германия!- dijo muy rojo, esto le pareció muy lindo al menor.

-y ¿cómo estás?- el alemán se acercó más poniendo el ruso tenso.

-... mejor desde que murió mi padre, ¿y tu?- se mirada se tornó triste.

-igual..., aunque en estas fechas es desalentador no tener pareja.- dijo dándole un codazo al de la ushanka.

-si... aunque ahora no es un problema.- y tomo un sorbo de la bebida.

-¿por que lo dices?- imitó la acción del más alto.

-porque estás tú.- ahora el que estaba nervioso era el alemán.

Pasaron toda la noche bebiendo y recordando el pasado, cuando aún no eran países y no tenían de qué preocuparse, cuando la vida era divertida, hasta que el dueño del establecimiento los hecho.

Ahora estaban en la calle riendo y corriendo, parecían dos niños persiguiendo mariposas bajo la luz de la noche, hasta que en un pequeño movimiento los dos cayeron en la mitad de la carretera, aunque no era problema, los carros no pasan a esas horas.

El ruso estaba sobre el pecho del alemán mientras los dos reían por la torpeza de ambos, el ruso levantó un poco su rostro quedando cara a cara con Alemania.

-asi de lindo era como te recordaba.- posó su helada mano en la mejilla de Alemania, mientras que el alemán hizo los mismo.

-y así de sensual era como yo te recordaba.- sus labios se estaban acercando más y más.

-Германия...- el alcohol estaba haciendo su efecto, la temperatura estaba empezando a subir o al menos era lo que ellos sentían.

-Russland... bésame.-y así esos labios con alcohol después de un tortuoso rato se unieron, era un beso que el ruso anhelaba con todo su corazón, había estado esperando al chico que se robó su corazón, mientras que el alemán lloraba, lo había extrañado, lloro tanto por el y después de descubrir que el ruso, su mejor amigo, su pareja, su novio, solo lo amaba a él y solo a él su corazón se sentía tan mal, nunca hubiera querido terminar.

Ese beso se volvía a cada minuto más intenso, más deseado, sus corazones se derretian, ¿por qué tenían que esperar a estar completamente borrachos para hacer esto?, esas lenguas se enredaban, chocaban y exploraban, hasta que por aire tuvo que terminar.

-Германия... aún te amo, nunca lo...- el alemán le dio un pequeño beso más para recostar su cabeza en el frio suelo.

-Russland... lo se, se lo de nuestros padres... y yo también te amo.- una vez más se volvieron a unir pero no podrían seguir en el suelo esperando a que un auto los atropelle.

Al llegar a la casa de uno de los dos, no estaban seguro de quién, solo saben que las llaves abrieron la puerta, pasaron ese pasillo a paso veloz besándose de ves en cuando, y así pasaron una noche gloriosa, era la noche de sus vidas.

Al despertar sus miradas chocaron, y a diferencia del resto de noches de borrachera, esta la recordaban a detalle, cada roze, cada beso, cada mordida.

-Rusia... ¿qué vamos a hacer?.- el alemán estaba recostado en el pecho del ruso con sus brazos cruzados.

-¿por que lo dices?- el ruso puso su mano en la mejilla del alemán.

-la gente sabe que somos hermanos, y ¿no crees que se verá mal?.-

Y aunque lo crean o no, eso fue todo lo que pasó, trataron de mantenerlo secreto pero la gente comenzaba a sospechar, tenían miedo de que la gente los juzgara, así que  decidieron terminarlo sin mentiras o por decisión de otros solo por ellos lo harían.

Pero...








Si Rusia no es el acosador...









¿Quien es?



Solo un acosador mas - Countryhumans (remodelación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora