20

1K 73 99
                                    

El final se acercaba, el alemán estaba nervioso, por fin iba a acabar con ese misterio, ese que lo torturaba, tenía muchas ganas de conocerlo.

Estaba caminando por el parque central, luciendo su nueva ropa, buscaba con la mirada como si lo conociera, solo sentía que cuando lo viera sabría que es el pero por otra parte había ido todo ese tiempo a reuniones donde el estaba y no lo reconocía entonces...

Estaba nervioso tenía las manos heladas, pero justo en la banca donde acordaron estar, enfrente de una cafetería donde los países suelen ir, lo vio, ahí estaba... el amor de su vida luciendo una gabán blanca, un pantalón negro junto a un gorrito de lana azul marino y una bufanda color crema, se veía tan lindo.

Y después de contemplar su cuerpo, su delicado cuerpo, posó la vista en su rostro, estaba listo para saber quien era, y se encontró con la dulce mirada del polaco.

Su mente había dejado completamente a Alemania, solo se acercó a paso veloz parecía que estuviera corriendo pero ¿cómo no?, ahí estaba el chico de su vida frente a el.

Mientras que el polaco estaba nervioso no sabía a que hora llegaría el alemán, solo quería ocultarse en su bufanda o tal ves huir.

-¿p-polonia?.- el alemán sacó de sus pensamientos de fuga al polaco, y este volteo la mirada al más alto poniéndose completamente nervioso y claro, rojo, muy rojo.

-¡N-N-Niemcy! emmm..., yo eh.... n-no se que decir ha ha...- el polaco mostraba muchos signos de nerviosismo bajaba mucho las mangas de aquel abrigo, subía su bufanda tratando de taparse la cara.

Pero en cambio el alemán no estaba nervioso, extrañamente no lo estaba, estaba feliz tan feliz que los nervios ya no tenían lugar en su cuerpo solo bajo un poco la bufanda se acercó a él y le dio un pequeño beso, aunque beso no era, era más un roze de labios y se fue a paso lento a la cafetería que estaba cruzando la calle.

Al entrar se sentaron en una mesa esperando a que los entendieran, aunque el organizador de la cita tenía otros planes, Alemania no podía dejar de mirarlo aún estaba confundido pero... eso lo emocionaba más, descubrir el por qué de ese extraño afecto...

Polonia notó la mirada del alemán y solo lo miro a esos ojos cubiertos por el cristal con un pequeño sonrojo.

-¿Niemcy?, ¿qué sucede?- el chico estaba confundido no sabía por qué lo miraba tanto, no se sentía incómodo pero era extraño.

-¿te habían dicho antes que eres muy lindo?- el más alto puso su mano sobre la del contrario entrelazando los dedos.

El polaco se puso más rojo de lo que estaba, su corazón se estaba desbordando de amor.

-hola chicos, mi nombre Michelle que puedo servirles.- dijo una linda chica de cabello castaño y dulce sonrisa.

-me das todo lo que el pida.- dijo el alemán.

-vamos pide lo que tu deseas.- le respondió el polaco junto a una dulce sonrisa.

-okay, me das una rebanada de pastel chocolate.-

-y a mi una dona rellena por favor.-

-y cobralo a esta tarjeta, gracias.- el alemán entrego su tarjeta de débito.

-¡eh!, Niemcy yo invito, déjame pagar- bajo la mano que el alemán extendía junto a su tarjeta.

-dejame pagar a mi, te lo debo.- subio una vez más la mano para que la confundida mesera la recibiera.

-no, Niemcy insisto, por favor déjame pagar a mi.- el polaco accidentalmente había acercado su cara , y el más alto aprovechó esto, robándole un pequeño beso, el polaco quedó maravillado y en shock y Alemania aprovechó para pagar de una vez por todas.

Solo un acosador mas - Countryhumans (remodelación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora