Los medios de comunicación:

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Los medios de comunicación: Influencia e interpretación de la "nueva normalidad".

De todos los medios de comunicación siempre se puede destacar algo y se aprende de ellos, pero creo que ese aprendizaje solo se alcanza si comprobamos que la información es verídica, ya que, de no hacerlo estaríamos cayendo en el concepto "fake" (falso).
Los medios comunicativos actualmente realizan una gran labor proporcionando información veraz y haciéndola llegar a todos los rincones del país; la información no permanece estática, esta fluye y es continua.

Precisamente la información por su manera de fluir se convierte en influyente y, poco le importa eso, porque precisamente su labor principal es la de informar. Por lo tanto, no podemos negar que, en las condiciones sanitarias del presente los medios sean relevantes, puesto que, influyen.

Es preciso aclarar que, los medios no cometen error alguno al designar cómo debe ser presentada la información, ni cuál tipo de información debe circular, ante todo debe estar presente la libertad de expresión. Pero, si comete un error el lector que dado el orden de las noticias malinterpreta la información. Esto es lo que hoy en día esta sucediendo con la mayoría de los mexicanos con respecto a la información del coronavirus, y cuando se lee todos los mexicanos, es porque así es, incluyendo a los que viven en los pueblos más alejados y recónditos.

Los medios particularmente, los mexicanos, nos presentan en el día una infinidad de noticias, muchas de ellas nos enseñan el panorama crítico de nuestro país, y especialmente el que se vive en la región de las Américas, sin embargo; estos tipos de información se contrarrestan cuando nos presentan noticias del hoy distinto panorama que vive la región de Europa y Asia, es como si esa información nos alentara, pues da a entender que, donde el caos a terminando la "nueva normalidad" los espera. Es precisamente en este escenario de la Europa y Asia que mediante la información de los medios se logra influir sobre los Mandatarios de las Américas y sus respectivos habitantes. Y esta influencia es aún mayor cuando se presentan avances de estudios clínicos de posibles vacunas; algo que se traduce en aliento esperanzador para los países tercermundistas.

Reciente en nuestro país vía los distintos medios de comunicación circuló información sobre la OMS y su deseo de que Hugo López Gattel, responsable de la Pandemia en México, se uniera a sus filas. Orgullo mexicano, señalaron muchos. Así mismo la OMS vía conducto de la Misión Permanente en México felicitó al país por su buen manejo sobre el coronavirus. Toda esta información sumada a lo que sucede en Europa y Asia influye en el receptor de la misma, tanto que lo lleva a suponer que todo pasará pronto, y que una vacuna estará tan pronto como sea posible al alcance de los humanos. Por algún lugar leí que todo aquel que tiene esperanza sobre una vacuna suelen rozar la ignorancia.

A todo lo anterior también se le anexa la información sobre "el semáforo de la nueva normalidad". Sin embargo, en días anteriores la Organización Panamericana de la Salud (OPS) señaló que, "los casos de COVID en México seguirán aumentando". Poco después López Gattel dijo: "Estamos sobrestimando la letalidad del coronavirus". Y recientemente se anunció que López Obrador arrancará sus giras por el país, siendo la península de Yucatán el primer lugar a visitar, ya es bien sabido que toda la península está en foco rojo.

En mi postura he de apoyar indudablemente a la OPS, porque la triste realidad es que en México los casos no están bajando, al contrario aumentan, basta con ver las estadísticas. Coincido con Gatell al decir que se sobrestima la letalidad, y yo diría que no solo eso, también estamos subestimando al virus, ¿por qué? Porque no estamos siendo concientes de cuán grave es, y tan enfrascados estamos con las buenas noticias que suceden en otros países, así como el fin de la Jornada Nacional de Sana Distancia y de La Ley Seca, que suponemos o pensamos que ya es momento de bajar la guardia.
Así mismo pienso que la gira de trabajo de López Obrador es una imitación a Bolsonaro de Brasil y Trump de Estados Unidos. Pero, resulta que Obrador no salió a manifestar su apoyo a una marcha tal como lo hizo el Mandatario Bolsonaro, ni tampoco salió a jugar golf como lo hizo Trump.
Obrador lo hizo con lo que mejor sabe, trabajando, más sin embargo eso no pasa desapercibido y para mí en lo particular es como si se tratara de una, reitero; imitación, una que hará suponer o llevar a pensar a la mayoría de los mexicanos que "todo esta bien", que "existen las condiciones para empezar de nuevo".

No hay "nueva normalidad", el mundo seguirá normal, la contaminación no cesará, la violaciones, el narcotráfico y sus matanzas, la corrupción, la impunidad, el terrorismo, todo, absolutamente todo seguirá igual. Lo que llaman "nueva normalidad" no es más que el comportamiento adecuado que como ciudadanos debemos implementar para no infectarnos del virus, es decir; el comportamiento que nos llevará a cuidarnos los unos a los otros, pero ese comportamiento aún no se ha visto y resulta por lo tanto absurdo suponer o creer en la metáfora de que existe una luz al final del túnel, y hay que ser sinceros;  porque dado el fin de la Jornada Nacional de Sana Distancia, y con varias recomendaciones emitidas por los responsables de salud, los casos no disminuyen. Por lo tanto eso nos lleva a suponer que el ciudadano no está captando los aprendizajes necesarios para que éste sepa cómo actuar en su entorno y así poder  estar apto para retornar a su vida normal, esta más expectativo a que todo esto termine pronto.

Concluyo este texto, haciendo un gran énfasis en que, los medios de comunicación no están en un error, ni contradicción en relación al la información, pero si son influyentes en el pensar de los que los leen, ven o escuchan. Ni López Gatell lo está, creo yo que el ha dado puntualmente la información correcta para que todos y todas estén enterados.
La contradicción y error recae absolutamente en nuestras máximas autoridades. Al final la decisión de dejarse influenciar por la información es meramente del lector; este último tiene el derecho a pensar que "todo va bien"; pero también tiene el derecho a disentir y creer que no debemos bajar la guardia, tal y como sucede en mi caso.
Porque Mentir y Mentir suele terminar en tragedia.

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