Dios, Diablo: Ciencia.

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Teofrasto Bombasto de Hohenheine; mejor conocido como Paracelso, afirma que en la ciencia actual u oficial el Diablo nada tiene que hacer en ella, pues el Diablo no es nada y nada sabe; las cosas suceden por causas naturales, afirmó.

Lo anterior lleva a suponer que si el Diablo no es nada, y que según Parménides la nada no es y no existe; entonces el sujeto antes mencionado tampoco existe. Interesante debe ser que Nietzche afirmara que Dios fue creación humana, e interesante debe ser el suponer que si el Diablo no existe, Dios tampoco.

Siguiendo la línea, es claro que las percepciones entre el bien y el mal son meras supersticiones que lejos están del porvenir. Es decir; Dios reflejado en el bien o viceversa, no influye en la evolución de la humanidad, y lo mismo sucede con el Diablo reflejado en el mal para con la relación ya establecida.

Por lo tanto el ser humano está varado en el transcurso exacto del tiempo, de aquí que lo imposible se convierta posible. En este sentido toda creación o invento humano, ya sea para la eliminación de si mismo, háblese de guerras nucleares, virus de laboratorio, y bioterrosimo e inclusive la creación o invento para su beneficio, háblese de vacunas o tratamientos, en fin todo aquello que pueda surgir de su imaginación y mano propia es y será fruto de las causas naturales, y en donde muy poco influye el Divinal o el Maligno, pues el ser es inane a lo que se conoce como bien o mal.

En conclusión; no debería sorprendernos nuestras atrocidades cometidas, o nuestra benevolencia, puesto que actuamos por voluntad propia, sin influyentismos creados en la época medieval y mundo antiguo.
Ningún ser humano es lo suficientemente bueno, ni existe forma para llegar a serlo; así como tampoco ningún ser es lo suficientemente malo ni existe forma para llegar a serlo. El ser humano; vive en su causa natural.

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