Noches de Soledad.

32 1 0
                                    

Murió la tarde.
La noche llegó y ella me espera.
Me siento solo,
pero no lo estoy.

Lo sé, no estoy separado,
tengo compañía.
Ellos están para mi,
mamá, papá, hermanos.
Me ampararan, sin duda.
Vendrán a mi socorro.
Me consolarán las penas,
los dolores y las necesidades.

Grito y nadie me escucha,
lloro y mi lágrima no cae.
Suspiro,
sollozo,
y ambos desaparecen
con la corriente ondulada
del viento.

No soy tan fuerte.
Me hago daño.
Lloro, pero no me sana.
Soy pequeño y débil,
más débil.

Me siento como una flor,
una que no ve la primavera.
El sol se olvidó de mi,
es un ocaso.
Soy un tulipán, de esos morados,
que poco a poco se van,
pudriendo,
y se van,
pudriendo.

Quiero huir, pero no avanzo.
Quiero ser libre,
pero estoy atrapado.
Soy un cataclismo,
el cataclismo soy yo,
voy a implosionar.
Y la muerte está en mi.

He callado y no me hace bien.
Deseo decirlo,
decirlo debo,
pero callo a la mitad.
No es justo que carguen
con mis muertos.

Me miró,
callo,
lloro por dentro,
sonrío,
miento,
que todo está,
bien.

Nunca ella ha venido a mi,
yo la busco,
y la encuentro.
esta ahí,
intacta,
imponente,
densa,
espesa,
silenciosa,
viva,
es tan...
Abrumadora.

Me mira, la miro,
me abraza,
con su negra pena,
susurra,
no quiere luz de luna.
No quiere que vean
las sombras
que viven
en sus profundidades.
Cierro mis ojos,
y me duermo.
Comparto mi soledad con la noche.

Filosofía, Ayer & Hoy. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora