Ojos Tristes.

10 1 0
                                    

No te conocí, jamás supe de ti, no sabía quién eras. Creo que ni tu, ni yo, nacimos en el lugar y momento adecuado para encontrarnos, sin embargo, aún así, estás ahí.

Te veía y me gustaba ver que el viento te hacía compañía, que solo tu y nadie más le merecía, por que el te soplaba, te mecía y tu te movías, lo hacías como si el aire al silbar te cantara la más dulce y hermosa melodía; y bailabas la música tan agradable, lo hacías tan bien, que inclusive a mi me erizabas la piel, bailabas una danza con el viento y bajo la oscuridad del cielo, y cariño mío, tu la gozabas, y con cada paso que dabas tu te reías, con cada salto una parte de ti se desprendía, como si el viento te tratase igual que a una hoja de otoño, que más temprano que tarde, se desvanecería, se moriría.

He visto muchos ojos, pero los tuyos, al contemplar yo los tuyos, estos  me gritaban, y decían que hace mucho tiempo dejaron de soñar, que se convirtieron en ojos ausentes y distantes, eran los ojos más callados y a la vez los más expresivos, eran tus ojos, pequeño mío, los más hermosos y heridos, ojos vacíos, son tus ojos, vida mía, los más fríos, ellos se transformaron en pupilas melancólicas que  junto a ti ya han perdido su brillo.

Ahora tus ojos esperan el llanto de la pena. Te vi llorar y nadie más lo hizo, porque tu llorabas desde adentro, y te juro que al verte yo a ti, mi alma desgarraste. No podía y no debía soportar ver las lágrimas que corrían por tus pómulos, asemejándose a un río; gruesas lágrimas que surcaban y cada una, pequeño, te robaba una parte de esplendor, seguían corriendo y  se perdían en tu cuello hasta secarse. Si, son tus ojos los que lloran desde adentro, lo hacen, pequeño chico, porque tu... tu ya estás muerto.

Moriste, pero tu seguías ahí, tus ojos se rompieron hasta volverse tristes, y aún así, estás ahí, sigues ahí, solo que ahora ya has bajado la mirada, porque ya no te queda nada, las penas solo quieres ahogar, y a ti chico de ojos tristes, solo te quedan las ganas de llorar.

No podía dejar que sigas sufriendo, no era humano para mi, ni para ti, así que tomé la poca valentía que me quedaba, y me dirigí hacia ti,  y te vi ahí, seguías ahí, bailando al compás del viento, alcé la cabeza para verte, y yo te miré, y tu me miraste con ojos vacíos, con expresión decaída, y a pesar de ello, tu me sonreías, y te devolví la sonrisa, y te abrace, y tu te abrazaste, porque tu eras yo, y yo era tu, porque yo era el que sonreía al exterior con sonrisa forzada, y tu eras el que poco a poco moría en mi interior, por que ambos éramos el chico de los ojos tristes, porque tu no eras más que mi reflejo que solía encontrar en  el preciado espejo.

***
Agradecería mucho que pasaras a darte una vuelta por los escritos de Alejito16. Es un chico que recién inicia en el ámbito de la escritura y poesía. 🤓

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 11, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Filosofía, Ayer & Hoy. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora