Pharmacy (bts jjk)

33. Corpses

                                  Wasted - Sin Fang

Abro los ojos. No me habia dado cuenta en qué momento habia caido dormida. Prefiero no hablar de los extraños y perturbadores sueños que he tenido durante la noche. De todas maneras, no pueden compararse con el terror de hace horas atras, en donde estaba mas que consciente. Busco mi movil en la mesa de noche. Las doce del mediodia.

El sol traspasando el vidrio calienta la habitacion, pero es contrastado por el frio que entra desde la terraza por la ventana abierta, que me da directamente sobre el rostro. Me siento sobre el borde de la cama. Volteo a observar a Jungkook. Esta recostado en posicion fetal. Sus cejas se fruncen sobre sus ojos cerrados. Verlo asi de acongojado, incluso mientras duerme, me hace querer despertarlo y tranquilizarlo entre mis brazos tal como habia hecho él anoche, a pesar de tampoco haberla pasado muy bien. Sin embargo, decido que lo mejor es que siga durmiendo y que recomponga todas sus fuerzas como lo merece.

Me pongo de pie y camino hasta el inicio de la terraza. El viento hace que mis cabellos vuelen hacia atras. Observo a Yoongi. Esta recostado sobre el sofa. El sol le da de lleno. Su cabeza descansa sobre el apoya brazos. Su brazo cae pesado sobre sus ojos y sus labios estan apenas separados. Su pecho sube y baja y oigo su respiracion pesada. Como a Jungkook, quiero despertarlo. Anoche no se lo veia necesariamente asustado, pero definitivamente estaba pasando por un mal momento. Recuerdo su cabeza gacha, su pierna en movimiento, sus dedos, tocandose entre ellos. Parecia totalmente perdido.

Volteo a ver a Jungkook otra vez. Las mangas largas de su sudadera me impiden ver sus brazos, pero imagino que uno de ellos tendra largas y profundas rayaduras. Recuerdo verlo restregando el costado de su cabeza contra su hombro, como si quisiera quitarse algo que le habia llegado hasta el timpano. Recuerdo verlo voltear incontables veces, y vaya a saber qué podria haber visto o escuchado.

Salgo de la habitacion. Cruzo mis brazos sobre mi pecho y aunque quiero entrar al cuarto de baño, primero me dirijo hasta la sala. Veo a mis alrededores, buscando algo fuera de lugar, pensando qué pudo haber ocasionado el ruido que oí antes de que los extraños sucesos comenzaran. No hay nada. Nada raro.

En este momento, esta mas que claro que absolutamente todo lo que creimos ver o escuchar, fue un producto puro de nuestra imaginacion, impulsado por una droga que sí, definitivamente era mas fuerte que la ultima que habiamos probado.

Entro a la cocina y abro el refrigerador en busca de agua. Bebo de a sorbos largos, demasiado largos, que hacen que tenga que inspirar profundo para recuperar el aire luego de cada trago.

Ya no siento miedo, pero la angustia me recorre el cuerpo. La sensacion de una presencia cerca mio, los roces sobre mi espalda, la sombra proyectada encima de la figura de Yoongi, sus palabras, aconsejandole a Jungkook que me deje caer desde la terraza. Ahora es tan evidente la falsedad del asunto que me cuesta creer que hace unas horas pareciera tan real.

Me encamino hacia el cuarto de baño. Toco mis labios y siento dolor. Recuerdo que anoche podia asegurar que habian desaparecido. Nada de lo que hiciera lograba que el sentido del tacto existiera en mi zona bucal.

Cierro la puerta detras mio. Veo mi reflejo en el espejo.

<<Mierda>>

Las bolsas bajo mis ojos parecen dibujadas con fibron negro. Mis parpados hinchados, apenas pueden abrirse del todo. Las pequeñas venitas que los conforman se han vuelto mas visibles, como si mi piel estuviera tornandose transparente. Mi rostro, hasta hace poco simplemente palido, ahora posee un tono amarillento. No hay rojo sobre mis mejillas. Una pequeña marquita casi difuminada sobre mi pomulo me recuerda el golpe de Jiwoo de hace semanas atrás, su anillo cortando mi dermis. Mis labios, mas prominentes que nunca, se han inflado. Unos manchones entre morados y verdes resaltan entre lo que alguna vez fue el rosa que los componia. Grietas y cortes se dejan ver con unos pocos rastros de sangre seca. A mi boca la delinea un blanco de piel reseca. Incluso por dentro de mi labio inferior, mi lengua recorre las lastimaduras y prefiero ni siquiera verlas. Mi cabello enmarañado termina de completar el triste escenario que presencian mis ojos.