Belfegor

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Belfegor, principe de la pereza, pecado capital.

7:38.

-Y... me he sentido mal desde anoche.

Siento el murmullo de los coches y las voces tranquilas de la mañana al otro lado del telefono.

-No hay problema, no te preocupes- la oigo masticar algo y hablar con la boca llena, y pienso que seguramente, como casi todos los dias, no ha podido desayunar antes de salir para el trabajo.

-Es que de verdad, estaba a punto de salir pero la cabeza me da vueltas- agrego con un tono cansado, incluso llevo mi mano hasta mi frente, palpandola, a pesar de que ella no pueda verme.

-Tranquila- alarga la "i", enfatizando la palabra, -yo me encargo de todo hoy.

Escucho el ruido de unas llaves y supongo que ha llegado al pequeño local al que ya me he cansado de recurrir.

-Te lo agradezco muchisimo- suelto suspirando y procuro que suene sincero.

-No hay problema- reitera, -nos vemos la semana que viene.

-Gracias- me apresuro a decir antes de finalizar la llamada.

Dejo mi movil a un costado sobre el colchon y solo tengo que deslizarme unos centimetros para que mi cabeza llegue nuevamente a una comoda posicion sobre la almohada.

Si hay algo en lo que soy buena es en el arte de la mentira. Siempre lo he sido. No me gusta admitirlo por obvias razones, pero suelo utilizar mi talento mas de lo que deberia.

La realidad es que no me siento necesariamente mal. De hecho, me sorprendio despertarme esta mañana y ver que mi craneo no se habia partido en tres. O que mi estomago estaba en perfectas condiciones.

El problema no es ese. El problema es que he despertado y en cuestion de segundos he notado que no queria hacer absolutamente nada.

Tal vez sea el otoño. El frio clima que ha llegado de repente y que planea acompañarme por unos cuantos meses hasta que decida ir a molestar a otra parte del mundo.

Como sea, cuando abri los ojos, obligada por el sonido del despertador, la habitacion casi congelada me ha pedido en un oscuro silencio que no me atreva a salir del enredo de sabanas y acolchados en la que estoy metida, y por supuesto, le he hecho caso.

Veo la luz entrar por las pequeñas ranuras de las maderas en mi ventana y aunque me siento culpable, se me ha hecho costumbre.

La sensacion de que no estoy haciendo lo que deberia se ha vuelto tan conocida que he aprendido a ignorarla casi tan bien como he aprendido a mentir.

<<No es nada>>

Mis ojos se cierran lentos pero pesados y me hago un bollito, acurrucandome entre el calor, dispuesta a no despertar hasta dentro de unas largas horas.





























12:08.

Mis ojos se sienten mucho mas livianos cuando los abro esta vez. Mi cuerpo se siente relajado y en armonia.

Paseo por las aplicaciones de mi movil, juntando fuerzas para por fin levantarme y dirigirme a aliviar los rugidos de mi estomago.

Ruedo hacia la derecha y despego lentamente la cabeza, los hombros, el torso. Me siento sobre la cama y solo dejo pasar unos segundos. Mis ojos bien abiertos, perdidos en algun punto de la oscura habitacion, buscan una fuente de energia, que por supuesto no encuentran. Me dejo caer hacia el otro lado. Mi cabeza donde deberian estar mis pies. Siento el impulso de volver a incorporarme pero lo dejo irse fugazmente. Mis pies suben, sin que yo termine de dirigirlos, nuevamente al colchon. Me hago un bollito una vez mas, jurando que solo seran unos minutos.
































Pharmacy (bts jjk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora