Capítulo 20

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XX. Preguntas.

EMMA SLATER.

Mis rodillas golpean el duro suelo.

El fuerte estruendo que produce mi acción, hace todos observen a mi dirección.

—¡EMMA!. —escucho los pasos de Malik, siento su cuerpo incarse enfrente, no logro escuchar a los demás.

Mi respiración.

—No puedo respirar...

—¡Abuela!, Haz algo rápido.

Todos mis sentidos se bloquean, mi respiración se vuelve errática.
<<Respira Emma.
No te des por vencido.
No ahora...>>

—Cariño. —exclaman cerca de mi—. Contaré nuestras respiraciones, concéntrate en el movimiento de tus brazos.

—No puedo... Inhalador...

El inhalador es mi única solución.

—¿Cuál inhalador?. —Malik toma mi rostro, no puedo ver su rostro, la nebulosa me envuelve y mi vista se torna borrosa—. Concéntrate en mí.

—Inhalador... Cart... era. —Malik le grita a alguien que busque.

—Todo estará bien. —las voces a mi alrededor no paran.

Puedo sentir un cuerpo agacharse a mi costado, y mi inhalador colocarse entre mis labios. Me ayudan a hacer varias repeticiones con él, de manera que el humo se extiende a nuestro alrededor.

Hasta que por fin, logro exhalar una larga bocanada de aire.

<<Tengo que salir de aquí.>>

Mis ojos están húmedos, no logro divisar las personas a mi alrededor.
Unos brazos conocidos me levantan del suelo, la fragancia a menta me envuelve, con facilidad me mueve hasta situarme en algo suave.

—¿Estás bien?. —me pregunta con voz preocupada.

Asiento sin poder hablar todavía, el miedo a no poder respirar me consume totalmente, mis manos se encuentran temblorosas y frías.

Quito algunas lágrimas de mis ojos, y cuando encuentro la voz pertinente me disculpó.

—Lo siento. —exclamo—. He roto su taza y he venido a alterar su ambiente... Verdaderamente lo...

—Nada de eso cariño. —escucho la voz de la señora Azahara—. Ataques como esos no son predecibles, ¿Sueles tenerlos con frecuencia?, ¿Son con algo en específico?.

—Mamá. —dicen a mis espaldas—. Todavía se encuentra alterada, no debes atacarla con preguntas.

—No hay problema. —murmuro—. Son... algo de momento, no los suelo tener con frecuencia...

Omito decir la verdadera razón de mis ataques.
¡Mierda!. Necesito a Mustafa.

—Esto te ayudará a calmarte. —Malik sitúa un vaso de agua y una pastilla, el me sostiene el vaso mientras bebo de él.

—¿Has tenido una noticia fuerte?. Eso suele ser la mayor de las causas. —pregunta de nuevo la señora Azahara.

Me quedo en silencio, sin saber que decir.

<<Ellos no pueden ayudarte.
¿O si?.>>

Observo a Malik, y en un susurro ahogado y necesitado pronuncio.

—Necesito aire.

Me toma del rostro y asiente, cierro mis ojos en un gesto de debilidad, sus manos calientes brindan un toque de calidez.

Un Jeque para Emma #1 |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora