EPISODE 4

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Xiao Zhan llegó al departamento donde vivía aproximadamente a las doce y treinta la noche, no le sorprendió ver a sus amigos despiertos mirando la televisión, el día siguiente era domingo y podían dormir de más si así lo querían, YiZhou y ZhouCheng lo saludaron vagamente cuando lo vieron entrar.

—¿Qué tal te fue? – pregunto YiZhou, Xiao Zhan se sentó en medio de ambos.

—Bien.—fue la corta y fría respuesta del pelinegro.

—¿Qué te pregunto? – esta vez fue turno de ZhouCheng dejando de prestarle atención a la película.

—Nada... — Xiao Zhan desvió la mirada hacia sus piernas, era una suerte que las luces de la sala estuviesen apagadas, así sus amigos no notarían su rubor, no podía evitar pensar en lo que Yibo le hizo en esa habitación, se sentía humillado, realmente considero una suerte que no tuviese que volver a verlo.

—¿te llamo a su hotel para "nada"? – insistió YiZhou augurando algo malo.

—Bueno... dijo que le gusto mi manera de desempeño en el modelaje, eso, solo algo así.—respondió tratando que su voz saliera lo mas segura.

Ninguno de los tres dijo nada durante un buen tiempo, solo se dedicaron de terminaron la película que veían para si poder ir a descansar.

—Me voy a dormir. —hablo Xiao Zhan levantándose para retirarse.

—De acuerdo. —dijeron en unísono Yizhou y Zhoucheng

—Buenas noches.

Xiao Zhan se dirigió al pasillo que dirigía a las habitaciones, la suya estaba al lado de la de ZhouCheng, y la de YiZhou al frente, entro a su santuario privado, el único lugar donde podía anestesiarse de todo, y sentirse adormecido, hermosamente adormecido, era fácil dejar su mente en blanco entre esas paredes color verde esmeralda, esos muebles beige, y esa cama color blanca, se cambió de ropa y sin bañarse se dejó llevar por el sueño.


—&—


Hermoso, delicado, piel suave, alto, Xiao Zhan era incluso unos centímetros más alto que él mismo, su pelo era suave, la piel de su cuello también lo era, y Yibo lo sabía por que la había profanado la noche anterior, la piel del cuello de otro puto hombre, de otro mal nacido hombre del cual no podía apartar sus pensamientos, ni tampoco sus ojos

Las revistas rodeaban su cama, algunas estaban cerradas pues el "Marica loco" estaba en la portada, y en otras que estaban abiertas de par en par, también aparecía este, con su sonrisa encantadora, su piel tentadora y su pose perfecta, ¿es que acaso se podía ser más cabrón? Yibo enojado arrojo de un manotazo todas las revistas por doquier, nunca en su puta, jodida y mal nacida vida había pensado tanto en una persona. No de esa manera al menos.

La sinfonía de ruiditos extraños que habían salido de la impune boca el día anterior, se reproducían en su cerebro una y otra vez, los suspiros, los gemidos amortiguados, las suplicas de que lo dejara en paz, como si se estuviera aprovechando, Yibo bufo molesto, ¿el aprovechándose del marica? Jamás, solo le daba una maldita y asquerosa curiosidad.

Asco.

Nauseas.

Vomito.

Joder que no podía más.

Era toda una mentira, como cuando tratas de convencerte muy profundamente de que algo que definitivamente te gustaba, no te gustaba en lo absoluto, el encontrarse con ese modelo aterrizado de algún planeta desconocido, le hacía pensar tantas estupideces junta, y eso le cabreaba de sobremanera.

Slave To Your ScentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora