Después de que Conway reclutara a una nueva cadete en su cuerpo de policía, todo parece ir bien.
Sin embargo, en la ciudad debido a la corrupción e ilegalidad siguen habiendo problemas; los cuales comienzan a verse solventados ante una organización...
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( 🌺 ) Deseo ser una estrella de rock, viviendo en L.A Conduciendo mi auto rápido, huyendo.
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Había pasado el resto de la semana y por fin habían dado el alta a Noa. Sus días encerrada dentro de aquel edificio sin poder hacer algo productivo y sin saber qué es lo que estaba haciendo Dark Star le preocupaba e intrigaba mucho. Incluso no sabía qué era de sus compañeros, de los comisarios y el Superintendente. De los cuales últimos debían cuidar, y que seguramente sus amigos estaban haciendo correctamente. Pero aún así quería, o más bien, sentía una enorme necesidad de colocarse su uniforme negro y mezclarse con la oscuridad de la noche y las sombras de los edificios. Quería volver a sentir el frío metálico de su francotirador sobre un edificio, observando cada persona que caminaba y paseaba por las calles iluminadas.
El Superintendente ha estado viendo a más Dark Star por su alrededor, ahora no parecían ocultarse tanto como lo estuvieron haciendo por años. Pero su intriga sobre la aparición de Wolf era enorme. Quería ver a esa chica de ojos violetas y uniforme negro por la zona. Aunque siendo un Policía debía detenerla a ella y su grupo, pero no eran un peligro latente como lo era aquella mafia que estaban investigando, que con ayuda de Dark Star y sus notas secretas se hacía lentamente más fácil no desvelarse por la información y respuestas sobre aquella organización que había secuestrado a Noa y Greco.
Noa se sentía culpable con lo sucedido con Greco, por el simple hecho de haberlo involucrado a él y todo el CNP en algo que sólo debía afectar a Dark Star. Por lo que, como muestra de perdón buscaba estar alrededor del chico con barbas y cuidar de él como si se tratara de un niño pequeño.
Noa estaba apoyada contra la puerta de su vehículo, frente al Hospital mientras esperaba que Greco saliera por las puertas deslizables de cristal. Se había comprometido en buscarlo y llevarlo a su casa cuando lo dejaran salir del hospital y se aseguraran que no corría algún tipo de peligro.
Levantó la vista de sus zapatillas blancas en tanto las puertas se deslizaron de par en par, dejándole ver a un chico de cabello castaño y barba voluminosa. Llevaba puesta la ropa que Volkov le había dado y prestado para que pudiese usar, ya que la que él tenía manchada, rota y ni siquiera servía como prenda ante el estado en el que estaban.
