Blossom 🌸 Itachi Uchiha 🔞

🌸 25

– …Tía Tn… –la miró.– Te buscan a ti. Es un hombre.

Ambos intercambiaron miradas, pensando en la misma persona. Tn se levantó rápidamente y se acercó a la entrada, abrió la puerta y confirmó sus sospechas, era él.

– Sasuke… –murmuró.

– Tn…Hola.

Ella se acercó a él y lo abrazó; el azabache correspondió.

– …Te detesto.

– Lo siento…No sabía que ella estaba embarazada. De haberlo sabido, no me habría ido.

– Está bien, fue su decisión. Cuando lo supo no te lo dijo…porque sabía que necesitabas ese viaje. No sabía que te tardarías tanto.

– Nunca trató de decírmelo.

– Ninguno de nosotros sabía dónde estabas.

– …Lo siento.

Se separaron, para verse.

– Te ves…bien.

– Gracias. Pasa, por favor.

Él ingresó al departamento y se quitó los zapatos, mientras ella cerraba la puerta.

– ¿Sasuke? –llamó.

Ambos giraron, viendo al hermano mayor del azabache.

– Itachi…

– Hola –sonrió.

Itachi se acercó a su hermano y lo abrazó; este correspondió.

– Maldita sea, ¿Dónde te escondías?

– Estuve dando la vuelta al mundo.

– Podrías haber mantenido el teléfono encendido.

– Ya, deja de regañarme, no soy un niño.

– No parece –bromeó. Los tres rieron.– ¿Comiste algo?

– Ah. No, aún no.

– Vamos, desayuna algo.

– Ah… –miró a la pelirrosa. Ella asintió.– Gracias.

Los tres se dirigieron al comedor, donde el mayor le servía algo de comer a su hermano. Sarada observaba a los adultos, algo alejada.

– Oh, Sara.

– ¿…?

– Ven aquí, cariño. Alguien quiere conocerte.

La pequeña asintió y se acercó a su tía, abrazándola. Sasuke la observaba con atención, esa niña se parecía tanto a él, pero a su vez le recordaba a Sakura.

– Sara, él…es Uchiha Sasuke.

La niña miró al recién llegado, quien le sonrió.

– Hola.

– ¿P-Papá…?

El azabache asintió. La niña tragó saliva, se acercó a él con algo de cautela y lo observó, tomó aire y lo abrazó. Sasuke sonrió, correspondiendo.

– ¿Dónde estabas?

– Viajando.

– ¿Por qué no volviste?

– Tenía que viajar. Y tu madre no me habló nunca de ti.

– …

La pequeña se separó un poco, mirándolo.

– Sara, cariño –ella la miró.– ¿Por qué no vas a preparar tu maleta? Iré a ayudarte en un momento.

– Está bien –asintió.