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Desde que había regresado a su hogar, sus papás lo tenían mucho más controlado que antes, porque después de toda la semana que había pasado lejos de su hogar, todos habían optado por la idea de un secuestro, lo cierto era que lo habían liberado sin pedir ningún rescate sin embargo, presentaba agresiones físicas en su cuerpo, que hacían suponer que había estado amarrado durante mucho tiempo.
Cyrus le había dicho a TJ no hacía falta usar aquellas cadenas, que por supuesto no se escaparía, pero no le había creído. Y había terminado prisionero en aquella cama que no era la suya, estando la mayor parte del tiempo, desnudo.

Estando de pie, en la puerta de su colegio, ve cómo sus amigos se acercan a él, y sonríe al verlos.

Marty y Buffy están efectivamente unidos por el hilo rojo del destino, tan así, que incluso cuando su amiga se sintió atraída por Walker (un amigo de Andi), había terminado volviendo con Marty puesto que sólo con él podía ser feliz.
En cuanto a Andi y Jonah, estaban juntos desde hacía tiempo pero no estaban conectado por el hilo, por lo que tarde o temprano terminarían por separarse, pero aunque así fuese ya no había esperanzas para él y Jonah Y aquel hilo rojo, que lo unía a TJ era prueba de ello

En un principio lloró, se sintió fatal pero una vez que el basquetbolista, puso sus manos sobre él, sus preocupaciones se nublaron y perdieron importancia.

TJ podía no ser el hombre de su sueños pero sin embargo, era el hombre capaz de poner su mundo al revés y no importaba cuánta resistencia pusiera de su parte, es más ni siquiera la extrema homofobia de su pareja destinada, conseguía que se mantuviera lejos de él ya que el basquetbolista, se negaba a dejarlo ir.
Y Cyrus se aferraba también a él porque su cuerpo y su mente así lo demandaban.
…….

—Veo cómo otros te miran ¡Lo hacen de la misma forma pecaminosa que lo hago yo!

Cyrus bajó la mirada.

—Eres la imperfección en la creación de Dios ¡Porque eres perverso! ¡Eres tentación pero también perdición!

Simbolizaba todo.

Lo tomó del rostro y lo besó largo y tendido.

—Que no te miren, no lo permitas porque sino tendré que matarlos a todos ellos.

Porque no iba a permitir que pecaran usando como medio el cuerpo de Cyrus, antes muerto que permitir algo semejante, sólo él y nadie más que él se encargaría de corregir aquel chico y llevarlo al lugar correcto: el cielo.

—¿Materias por mí?

Sus ojos color miel, estaban horrorizados.

—¿Todavía lo dudas? Ninguno de ellos te tendrá.

Ya lo había decidido.

Hilo rojo |Tyrus|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora