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—De rodillas.

Ordenó con una gran calma, deleitándose con su absoluta sumisión, pues como siempre fue obedecido sin contradicción alguna.

—Ahora toma mi verga.

Y también fue obedecido; pero sus manos no acataron su orden, sino su boca, comenzó a chupar aquel pene que ya conocía su boca de memoria, tan así que al mismo chico de ojos color miel, se le había vuelto un hábito tener en su boca dicho pene. Era incluso anormal que estuvieran más de tres días sin aquella práctica.

Los ojos de el basquetbolista se clavaron en él, entonces lo miró con ira, con rabia y sobre todo con mucha importancia, porque no había boca que se sintiera mejor que aquella.
Y como la perra sucia que era, comenzó a meter sus dedos en su interior, mientras aún le hacía la felación, para estar listo en cuanto fuera tomado.
Gimió y este mismo gemido fue callado por aquella polla que invadía cada espacio de su boca, por lo que por un momento se permitió liberarla para poder lamerla para poco después volverla a introducir en su cavidad bucal.
Thelonius gimió ante tal acción, y terminó penetrando su boca a su antojo, buscando su placer absoluto. Pero con la boca de su víctima no tenía suficiente, por lo que poniéndolo en cuatro sobre la cama, le pidió que se abriera para él, Cyrus de inmediato le obedecido, elevando aún más su culo en dirrección a TJ, quién terminó devorando su apretada entrada con su lengua, provocando que Cyrus colapsara de tanto goce, hasta que sin aviso previo, fue embestido rudamente mientras que su cuerpo era utilizado para saciar aquellos deseos tan oscuros como intensos.
Y como recompensa por su absoluta obediencia sus entrañas fueron llenadas de semen, después de que él se había corrido al poco tiempo de ser penetrado.
Agotado se dejó consolar por la cómoda cama, para después de unos minutos sentir como su compañero besaba sus hombros al mismo tiempo, que lo envolvía en sus brazos hasta pegarlo a su cuerpo, sintiendo su calor.

Y no era un acto de amor, ni nada parecido, era más bien, un acto de puro deseo insatisfecho y demasiado profundo como para ignorarlo.
Lo tomó del mentón y lo besó, tan salvajemente, que Cyrus podría jurar que había sentido aquella lengua llegar hasta su garganta y más allá.
Thelonius, probó su propia esencia en aquella boca y le gustó, le gustó mucho pues sabía bien que era el único que había probado a Cyrus en más de una manera perversa.

Cómo era de esperarse, TJ no lo resistió y se terminó posicionando en medio de sus piernas. Quería volver a tomarlo.
Lo observó, encontrándose con una cara demasiado angelical para tratarse de una puta.

—Pareces un ángel—metió la punta de su dedo pulgar en la boca de Cyrus y este lo chupó—un bonito angel con un gran amor por mi polla.

El de mirada color miel se sonrojó y el basquetbolista lo penetró.

Hilo rojo |Tyrus|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora