Segunda opción

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A pesar de que Sofia había dormido en el coche y sus madres pensaban que tendrían que soportar como mínimo tres pelis, la pequeña cayó rendida en a penas 45 minutos de la primera que eligió.
Aquello incomodó a las dos adultas ya que esperaban no tener que dirigirse la palabra hasta el día siguiente.
Como ambas estaban en silencio y pensando en sus cosas, siguieron viendo Rapunzel sin prestar mucha atención, hasta que aparecieron los créditos que indicaban que la película había terminado.
- ¿Subimos a Sofi a su cama?- preguntó la rubia viendo a su hija completamente dormida en el sofá.
- Si, yo la cojo en brazos, no vaya a ser que te hagas daño en la pierna. Coge tu sus zapatillas y el peluche por favor- contestó Callie agarrando a la pequeña con ambos brazos y cargándosela encima para subir las escaleras.
Sofia parecía estar en el quinto sueño hasta que abrió la boca -¿Podemos dormir las tres juntas porfi? Como antes, lo echo de menos, solo por hoy porfi- dijo sin apenas abrir los ojos.
Las dos adultas se miraron entre ellas, eran consientes de lo que había pasado dos horas atrás, era imposible olvidarlo, pero dormir juntas no estaba en los planes de ninguna de ellas. Sabían como podía acabar aquello y ambas lo deseaban, pero no era lo correcto, ya no.
- Sof, estoy muy cansada y me duele la pierna, dormir juntas igual no es lo más adecuado hoy- dijo Arizona intentando ocultar el verdadero mortivo.
- Deberíamos dejar descansar a mami ¿No crees?- intentó ayudar Callie.
Pero la niña estaba muy emocionada por pasar la noche con ambas y no se rindió, hasta que sus madres dejaron de oponerse y terminaron aceptando.

Las tres se dirigieron hacia la habitación más grande de la casa. Cuando llegaron Arizona se fijó en lo bonita que era, prácticamente todo era blanco y gris, decorado con un gusto minucioso y exquisito.
Callie acostó a Sofia en el centro de la cama para que estuviese con sus dos madres, pero en realidad pensó que sería una barrera entre ambas, así no se tendrían cerca y las ganas de tocarse serían menores.
Aún era pronto, era entendible que Sofia tuviese sueño pero las dos adultas no tenían ni una pizca de eso.
- Callie, yo aún no tengo sueño ¿te importa si voy a la mesa del jardín a tomar un rato el aire?- preguntó Arizona.
- Claro, yo tampoco me quedaré en la habitación, estaré en el salón si me necesitas.- respondió la morena.
Tal y como había dicho, Arizona se dirigió al jardín y se sentó en una de las sillas. Se puso a pensar en el único tema que estaba en su cabeza desde que Callie se fue. Le echaba mucho de menos pero no podía seguir con aquello. Le corroía la culpa, si seguían tocándose o besándose, Callie estaría engañando a Penny, y a pesar de que la pelirroja no era del total agrado de la rubia, no quería que su exmujer hiciese lo que le había hecho Arizona a ella. Desde el día que se acostó con Lauren, la rubia no volvió a ser la misma, la culpabilidad augmentaba por días y cada vez se daba más asco, hasta que acabó odiandose por haber sido tan imbecil de dejar escapar al amor de su vida por una simple noche con otra mujer, a la cual ni siquiera deseaba.
Sin darse cuenta las lágrimas caían por sus mejillas, como cada vez que pensaba en aquello. Miró la hora, no era muy tarde, las doce de la noche. Pensó que April igual estaría despierta así que la llamó.
- Hola preciosa ¿cómo esta yendo tu estancia en casa de Callie?- preguntó con la alegría que le caracterizaba, pero no obtuvo respuesta, así que volvió a formular la pregunta de otra manera.
- ¿Arizona? ¿Todo bien?
- No, no está nada bien, April no puedo más, no puedo contenerme, la necesito en mi vida, sin ella no soy nada- suspiró- no puedo hacer nada sin Callie- la rubia sollozaba mientras le contaba a su mejor amiga como se sentía.
- Arizona, escúchame, sé que Callie es muy importante para ti, pero tú eres muy fuerte, no dependes de nadie ¿me oyes? Tú sola has salido de muchos problemas Zona, eres muy especial. Lo que pasó con Callie es pasado, y las dos tenéis que pasar página...-
- April, nos hemos besado- dijo Arizona cortando el discurso de su amiga.
- ¿que, qué?- la pelirroja quedó perpleja ante la confesión de su amiga, Callie tenía pareja y según lo que le contaba Arizona no había nada entre ellas y no volvería a haberlo nunca.
- Me dolía la pierna y se ofreció a darme un masaje y una cosa llevó a la ora hasta que nos besamos. Sé que es un error April, pero es el error más bonito que he cometido nunca, te lo aseguro-
-  Eh...Arizona no sé que decirte, no sabía que ella aún sentía algo- dijo April aún descuadrada.
- Igual no siente nada, igual solo me echaba de menos y ya está, debo frenar esto, no quiero ser su segunda opción.
Tras un rato mas de conversación, las dos amigas decidieron que era hora de colgar el teléfono, y así lo hicieron.
La rubia se quedó pensativa mirando al oscuro cielo hasta que Callie la interrumpió.
La morena estaba dispuesta a abrirse y mostrarle los sentimientos que aún tenía por ella, pero no sabía muy bien como debía hacerlo.
- ¿Puedo sentarme?- dijo tímida.
- Claro, es tu casa- contestó Arizona intentándo secarse las lágrimas rápidamente antes de que su exmujer le viese.
- Arizona, lo que ha pasado antes en la habitación...
- Lo sé, un error, no pasa nada, entiendo, aún sentimos aprecio por la otra y no pensaste. Tranquila no se va a repetir- se avanzó Arizona a las palabras de Callie.
Torres no tenía pensado decirle aquello, sinó que, aunque sintiese un cariño por Penny, se había dado cuenta de que no la quería, y eso era porque la rubia ocupaba su corazón. Por eso las palabras de Arizona le rompieron en mil pedazos, pero prefirió no decirle nada, hasta que los hechos hablasen por ellos mismos.
- Emmm si, eso, claro.- dijo con nerviosismo- deberíamos irnos a la cama ya, Sof querrá hacer muchas cosas mañana y tendremos que despertarnos temprano.
-Si, sube, ahora voy- contestó Arizona al borde de las lágrimas de nuevo.
Aquel "ahora voy" se convirtió en una hora entera en la que la rubia estuvo pensando en lo sucedido.
Mientras, Callie ya en la cama, decidió mandarle un mensaje a Penny, no había hablado con ella en todo el día y ese mensaje le sentaría como un jarro de agua fría, pero debía hacerlo, no quería engañarla y mucho menos engañase a si misma.
La morena le contó lo que había sucedido con Arizona y que hasta que no se besaron no supo lo mucho que le echaba de menos. Le pidió mil y una veces perdón y, tras muchos y muchos mensajes, Callie decidió terminar su relación con Penny, a la que tendría que contarle todo bien cuando volviese.
A pesar del duro golpe, Penny no se lo tomó del todo mal, al fin y al cabo el mes que llevaban viviendo juntas en Nueva York veía a la morena preocupada constantemente e incluso en alguna ocasión había llegado a llamarla Arizona en vez de Penny. La pelirroja sabía que aquello no tendría mucho futuro si seguía así. Aún así estaba enfadada por la manera en la que Callie se lo había contado y por haberle engañado, por ello deberían hablar a su vuelta.

Cuando Arizona llegó a la habitación vio que Callie aún estaba despierta, creía que si tardaba un poco con suerte la morena estaría dormida cuando llegase y no tendría que volver a hablar con ella.
La rubia se metió en la cama al lado de su hija y le acarició la cara de ángel que tenía cuando dormía durante un largo rato.
Cuando ya se estaba a punto de dormir, la voz de la morena le impidió hacerlo.
- Arizona- dijo.
- hmm?- murmuró la rubia con los ojos cerrados y dándole la espalda a su exmujer.
- Tu nunca serás mi segunda opción

Después de ti - CalzonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora