Visita inesperada

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A la mañana siguiente, cuando despertaron se dieron cuenta de lo que había sucedido unas horas atrás, y que seguían abrazadas tal y como se durmieron.
Ambas sentían que habían dormido muchísimo, y es que teniendo a la otra cerca era muy fácil para las dos.

- Buenos días- dijo Callie con una gran sonrisa en la cara.
- ¿Crees que ha sido un error? ¿Te arrepientes?- soltó sin previo aviso la rubia, que le daba la espalda a la morena. Estaba nerviosa, ella no tenía ningún tipo de compromiso con nadie, pero Callie si, y no sabía en que lugar quedaba ella tras la noche anterior.
- No creo que haya sido un error, lo necesitaba, lo necesito- dijo Callie intentando calmar a Arizona que no se atrevía ni a darse la vuelta.
- ¿Y Penny?- preguntó temiendo la respuesta. Callie recordó los mensajes que se mandaron la noche anterior, le sabía mal hacerle daño, pero no quería engañarla. La morena no tenía previsto contarle a Arizona que había hablado con Penny hasta que lo hablasen bien cuando ella volviese, y esa pregunta la puso entre las cuerdas.
- Emm, bueno... ayer hablé con ella. Le dije que no podía estar con ella pensando en ti y básicamente lo dejamos, pero cuando vuelva el lunes tenemos que hablarlo todo bien, no quiero dejar las cosas así. A pesar de todo le tengo cariño ¿sabes?-
-¿Has dejado a Penny?- Arizona se sorprendió ante la respuesta de Callie, no creía que fuese posible que su exmujer hubiese dejado a su novia por ella.
- Arizona, te quiero. Hay algo especial en ti que no encontraré en otra persona. No puedo estar con nadie pensando en ti constabtemente- respondió la morena, segura de sus palabras.
Arizona se giró quedándose en frente de Callie.
Ven- le dijo la rubia extendiendo los brazos en señal de que la morena se hundiese en su pecho. Callie de acercó a ella y se abrazaron, mientras Arizona masajeaba la cabeza de Callie con cariño y ternura.
- Me quedaría aquí todo el día- dijo Callie- pero tenemos a una pequeña que debe estar a punto de despertarse, y vernos así le causará confusión ¿No crees?
- Si, vamos levanta, voy a la ducha- contestó Aruzona levantándose de la cama.
- Voy contigo- dijo Callie rápidamente.
- Acabas de decir que confundiremos a Sof- Arizona reía contemplando la contradicción de la morena.
- Por unos minutos más no pasará nada- rió .
Se dirigieron al baño en el cual no sólo se ducharon, como era de esperar.
Tras media hora de ducha ambas salieron y se vistieron. Despertaron a Sofia y desayunaron las tres juntas entre risas, el ambiente era muy distinto al de la noche anterior viendo la peli, las tres hacían bromas, reían y disfrutaban de la compañia.
La dos adultas se dieron cuenta de que hacía mucho que no sentían aquello, ni siquiera en sus últimos meses de relación. Esa conexión entre ellas se estaba recuperando poco a poco.

Después de desayunar decidieron ir a pasear por Nueva York para que Arizona aprecise la bonita ciudad en la que vivían las dos personas a las que más quería en aquel mundo. Aquello le hizo pensar, ellas ya tenían su vida resuelta allí, Sofia se había adaptado muy bien a su nuevo colegio y le gustaba su casa y Callie había conseguido trabajo fácilmente, todo el mundo querría tener a Calliope Torres en su programa. En cambio Arizona seguía en Seattle, en su querido Grey Sloan Memorial el cual no quería dejar atrás, eso significaria dejar a Alex, a Mer, April, Amelia, Richard y muchas otras personas a las que consideraba su familia.
¿Sería capaz de dejar todo aquello atrás y mudarse a Nueva York por Callie? Probablemente si, pero no estaba dispuesta, en Seattle lo tenía todo, menos a ellas dos.
Quizás Callie y Sofia volverían a Seattle con ella, ¿pero cómo iba a proponer alguna cosa así?
En realidad Callie y Sofia se mudaron por la beca de Penny, igual Nueva York ya no tenía sentido.

Aunque aquel tema no saliese de su cabeza Arizona decidió disfrutar de aquel día y medio que le quedaba allí, y ya hablarían más adelante.
-¿Qué te apetece comer?- le preguntó Callie a la rubia sacándola de sus pensamientos.
- Me da igual, lo que queráis, ya sabes que me gusta todo- respondió.
- A mi me gustas tú- susurró la morena en la oreja de Arizona.
- Calliope, pórtate bien- riñó la rubia a la morena, la cual reía sola, por suerte Sofia no se había enterado de nada.

Al final decidieron ir a un italiano a comer unas pizzas, que para ser sinceros no estaban muy buenas, aquella ciudad tan turística no destacaba por su comida.
Las tres estaban disfrutando mucho, iban por la calle riendo, corriendo persiguiéndose y felices. Sofia no paraba de decir lo contenta que estaba, quizás la pequeña también quería que la relación de sus madres volviese a estar como antes.
Eran las ocho de la tarde cuando decidieron volver a casa y cenar algo rápido allí, llevaban mucho tiempo en la calle y a pesar de haberse sentado a comer y a tomar un helado, a Arizona aún le costaba un poco recorrer largas distancias sin parar con la pierna ortopédica.
Cuando llegaron a casa Callie se dispuso a hacer sus famosos sándwiches, mientras Arizona ayudaba a Sofia a ducharse y a ponerse el pijama.
La rubia bajo al piso de abajo con la pequeña, ambas con el pijama puesto.
Callie justo había terminado de cocinar así que se dispuso a ir a su habitación para ponerse ella tambien el pijama mientras Sofia y Arizona elegían que peli iban a ver, no se decidían entre Peter Pan o El libro de la selva.

De pronto sonó el timbre de aquella casa.
- Arizona ¿Puedes abrir?- gritó Callie desde arriba.
- Si, voy- contestó.

La rubia se dirigió a la puerta con paso apresurado, no le gustaba hacer esperar a la gente en las puertas.
Cuando abrió se le descuadró la cara en apenas un segundo.
Y allí estaba Penny, con una maleta en la mano.
- ¿Penny?- dijo la rubia sin reconponerse.
- Buenas noches Arizona- contestó- ¿puedo entrar a mi casa?- dijo resaltando aquel "mi" con tono posesivo.
- ¿Quién es?- preguntó Callie llegando a la puerta- Wow- dijo cuando vio a la pelirroja en la puerta.
- ¿Qué haces aquí?- preguntó Callie curiosa.

Después de ti - CalzonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora