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Donghyuck y yo arrastrábamos a Jeno hacia el sofá, Wonyoung se reía junto a Chenle sin ayudar para nada.

— Jeno, por favor.

— No, no —. Dijo cuando hyuck estaba quitándole el traje —. Solo junnie. . . Junnie.

— Vayan arriba, yo me encargo.

Los tres subieron por las escaleras y suspire.

— Junnie, perdón, te lo juro.

— Estás borracho, no sabes lo que dices.

Todo mi movimiento se detuvo cuando sus dos manos me agarraron los cachetes, apretandolos y acercándose a mí.
— No estoy borracho —. El olor a alcohol me pegó en la nariz y me aparté un poco.

— Por supuesto que no —. Solté irónicamente —. Hablamos mañana, tienes que dormir.

— Pero estoy caliente.

— ¡Jeno!

— Es lo que haces —. Me jaló haciéndole caer encima de él —. Desde ese día no me puedo ni masturbar, nada es como tú, bebé.

Escuché risitas desde las escaleras.

— Jeno, ya —. Le quité la ropa que tenia debajo —. Levantate

Me hizo caso, pasó un brazo por mi cintura y me empezó a besar la cara una y otra vez.

— Perdoname, perdoname, te amo.

Empezó a llorar de nuevo, sollozando con fuerza y sorbiendo por la nariz.

— Te perdono, por favor deja de llorar —. Se limpió las lágrimas y me vio fijamente —. Hay que bañarte, ¿sí?

Asintió, siguiendome de cerca y sin soltarme hacia el baño. Cuando llegamos cerré la puerta y se quitó la ropa interior.

— ¿Vamos a tener sexo?

— Jeno, no.

Hizo un puchero pero se metió a la ducha sin protestar. Me le acerqué para ayudarlo, pegando un brinco cuando me agarró el trasero.

Sí, no va a ser tan fácil.

Después de bañarlo, vestirlo y vigilar que no se matara subiendo las escaleras, se quedó dormido en mi cama

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Después de bañarlo, vestirlo y vigilar que no se matara subiendo las escaleras, se quedó dormido en mi cama.

— ¿Sabes todo lo que puedo hacer con este vídeo? —. Donghyuck se reía viendo su teléfono.

— Hyuck.

— Lo borro en la mañana cuando esté sobrio y se lo muestre —. Guardó su teléfono y me vio —. Mañana debes hablar con él.

Wonyoung empezó a roncar en el sofá, abrazando a Chenle mientras hyuck cabeceaba en el otro sofá. Subí las escaleras resignado a tener que dormir con Jeno.

Cliché | NorenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora