Idris

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— ¿Y por qué decidieron esperar tanto para venir a informar esto? —la inquisidora Imogen preguntó desconfiando por completo de las personas frente a ella, aun si eso incluía a su nieto

— Inquisidora, lo que sucede es que el brujo Magnus Bane es el Gran Brujo de Brooklyn y si lo señalábamos sin estar por completo seguros eso podría acarrearnos una guerra contra los brujos, una guerra señora en la que saldríamos mal parados—la mayor pareció considerar lo que le habían dicho hasta asentir con la cabeza

— Fue muy listo de su parte joven Alexander, sobre todo viendo como terminaron los acontecimientos, me alegro de que haya evitado una guerra contra los brujos, en este momento los necesitamos como aliados—el mencionado asintió con la cabeza haciendo una leve reverencia

— Gracias inquisidora, ahora ¿podemos ir a descansar? Ha sido un día bastante largo y hay muchos preparativos que hacer—la más grande asintió con la cabeza

— Claro, la casa Lightwood está a su disposición, pueden retirarse, menos mi nieto requiero hablar con él—el rubio se sorprendió, no solía hablar mucho con su abuela

— De acuerdo—miro a su parabatai que era el único que aún no abandonaba la sala— Estaré bien, es mi familia—le sonrió dándole palmadas en el hombro— Vete

— Si algo pasa, si necesitas ayuda... ya sabes como hablarme—junto sus frentes unos segundos antes de retirarse de la sala para nada convencido de irse

— Me alegra ver la devoción que el chico te tiene—la mayor fue la primera en comenzar en hablar, Jace la miro extrañado por aquello ¿devoción? Bueno eran parabatai era normal

— Inquisidora ¿sucedió algo? —Imogen hizo un gesto con la boca negando con la cabeza

— Dime abuela, somos familia Jace—el rubio hizo un gesto con la boca

— ¿Qué paso abuela? —y la palabra se sintió tan mal en sus labios, aquella mujer no lo había criado o visto mucho después de la muerte de sus padres, ósea desde siempre, su madre y padre eran los Lightwood

— Quiero que no les quites el ojo de encima a los Lightwood y que me informes todo lo que pase y también con el chico Wayland... o Lightwood, como sea no importa, Alexander—aún no habían aclarado muy bien lo sucedido con el pelinegro

— De acuerdo—gran parte de el quería negarse, decirle que estaba loca si creía que iba a traicionar a su verdadera familia, pero sabía que si decía algo así de todos modos iban a terminar investigados, así al menos podía manipular la información que la inquisidora recibía

— Ya puedes retirarte—el de ojos dorados hizo una reverencia y se retiró de la sala, justo en la puerta estaba Alexander y Sebastian esperándolo con armas en mano por si algo pasaba

— ¿Qué hacen? Están locos guarden eso—casi de inmediato lo hicieron, el soltó un suspiro negando con la cabeza— Bien, aquí estamos en mi terreno y yo tendré que ayudarles a no cometer una estupidez—paso sus brazos por los hombros de los chicos y los jalo con él— Primera regla, no se amenaza a nadie del consejo de la clave, si lo hacen todos terminaremos en una celda del Gard y ni Magnus nos podrá sacar de ahí—los contrarios asintieron con la cabeza— Segunda regla, no se sacan armas a menos que haya una amenaza cerca, y no la inquisidora no es una amenaza—les aclaro de inmediato

— Permítenos discrepar—el ojiazul fue el primero en hablar, el rubio más claro asintió con la cabeza

— Pues no lo es, o no una que quieran enfrentar—llegaron a la casa Lightwood— Bien, llegamos—el ojiazul se quedo sin palabras, era enorme y bastante hermosa, se zafo del agarre de Jace y entro corriendo, tenía recuerdos de la casa, al entrar se sintió algo mareado, pronto sus memorias comenzaron a atormentarlo, las buenas, pero sobre todo las malas memorias, veces en las que Valentine había usado esos preciosos recuerdos como un arma contra él

Todo al revésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora