desconocidos ~ Shawn mendes

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—Vamos, Shawn. Tienes que salir de la habitación en algún momento.

—Lo siento, enana, pero no me siento con ánimos. Ve con mamá y ayúdala en algo— ella bufó y pateó la puerta.

—Pues no me iré de aquí hasta que tú no hayas salido de la habitación.

—Aaliyah, déjame en paz y hazme caso, por favor— gruñí.

No la escuché más y estampé mi rostro sobre la almohada.

—Te amo tanto— susurré.

Desde que Mila decidió que nos tomáramos un tiempo, mi corazón quedó destrozado.

Es increíble cómo una simple decisión llevó a perder a mi mejor amiga y a mi novia.
Estúpidos sentimientos.
Estúpidas hormonas.
Estúpido yo.

Hace exactamente un mes que dimos por finalizada nuestra relación, pero aún no lo hemos hecho público, porque siento que aún hay esperanza de volver. Juro que lucharé por recuperar a Camila.

Martina desapareció por completo. Desde aquella vez en la playa en Argentina, no la he vuelto a ver, y eso me ha destrozado el corazón.

Porque yo quería empezar de nuevo, pero ella no quiso escucharme.

Se había enamorado de mí, y eso solo aumentó mi miseria.

Me levanté de la cama para componer de nuevo, como he estado haciendo desde hace un mes, encerrado en mi habitación y sumergido en la composición.

¿Qué siento por Martina? Nada, absolutamente nada, pero al mismo tiempo, mucho. Para mí, siempre será mi Tina.

¿Qué estarás haciendo en este momento, Tina? Extraño comprarte donuts cada mañana para que las disfrutes con una taza de té.

No sabes cuánto te extraña mi hermana. Siempre me pregunta por qué ya no vienes, y ya no sé qué mentirle.

Hace unos días, mi madre abrió el último frasco de dulce de leche que habías traído, y también te extraña. Y yo también.

Tu risa, tu acento argentino, tus bromas. Incluso a Sofía.