El día de la boda finalmente llegó.Estaba extremadamente nerviosa, dudando si realmente debería ir o no.
Hace una semana, recibí la invitación de Nathen. Solo tenía que decir mi nombre al llegar al lugar y listo.
Alice me envió un coche para recogerme y también coordinó para que unas mujeres me arreglaran.
Me hicieron las uñas, me maquillaron y peinaron, luego me ayudaron a colocarme el vestido. Una hora después, ya estaba lista.
La ceremonia ya habría comenzado, así que me despedí y me dirigí hacia el auto.
Estaba entrando en pánico, sintiendo como si estuviera camino a mi propia sentencia de muerte.
Solo con ver la entrada del lugar, podía apreciar la elegancia del sitio.
Bajé del auto y caminé hacia el lugar.
—¿Nombre, señorita? —preguntó el guardia.
—Martina Hurley —respondí nerviosa mientras él buscaba mi nombre en la lista.
—Pase —dijo finalmente.
Sonreí tímidamente y entré al lugar.
Subí las escaleras admirando la decoración, estaba encantada con cómo estaba todo adornado.
Los mozos se inclinaron en una reverencia y sonreí como una tonta.
Todo estaba exquisitamente decorado, era realmente hermoso.
Y pensar que también podrían haberme hecho algo así.
El lugar era demasiado amplio. A unos metros de distancia se encontraba el salón, adornado con mesas y una gran pista de baile.
Afuer,a había dos barras y sillones blancos donde algunos de los invitados estaban sentados.
—¿Qué haces tú aquí? —maldición. Al darme la vuelta, Kim estaba allí con un vestido largo y floreado, al parecer era una dama de honor.
—Tu hermano me invitó —ella bufa.
—Creí que lo había dicho en broma —desvía su mirada—. Y tú, no debiste aceptar su invitación. No eres bienvenida aquí. —Aquellas palabras me dolieron y se fue sin decir más.
Sentía que me ahogaba. Pedí un trago y saqué una pastilla de mi bolso para mezclarlo.
—¡¿Hola?! —Cerré los ojos, no quería otra humillación. Al darme la vuelta, no podía creerlo.
La novia estaba allí.
—¡Eres la chica que me ayudó a elegir el vestido! —chilló emocionada. Al verla de pies a cabeza, era ella.
—Tú eres la novia —dije, asombrada.
—¡Sí! —volvió a chillar—. ¿Tú eres de la familia de Nathen? —Mi corazón se estrujó. Si supiera que yo soy la ex comprometida.
—Algo así —dije, tomando un sorbo de mi champán.
—Debo comentarle esto a Nathen, que tú me ayudaste a elegir el vestido —sonrió—. Qué preciosa estás —me abrazó—. Iré por Nathen.
Empezó a buscarlo con la mirada.
—No, no importa —murmuré.
Se alejó de mí, buscando a Nathen.
—Un whisky doble —suspiré.
Qué mala idea fue venir aquí.
—Creí que Cenicienta no tomaba alcohol —dijo burlón.
Rayos.
—Shawn —dije apenas audible.
—¿Cómo... cómo entraste? —dijo confundido.
—Tu amiguito me invitó —dije y agarré el vaso de whisky.
Al mirarlo, se veía súper guapo con aquel traje puesto.
—¡¿Nathen te invitó?! —dijo sorprendido.
—Sí, como lo oíste —di un sorbo al vaso.
—Deja eso —intentó apartarme el vaso.
—No —dije.
Quedamos unos minutos callados.
—No sabía que tú y Nathen volvieron a ser amigos —dije.
—Es mi amigo —dijo él.
—Ja, te acostaste con su ex comprometida —reí.
—¡Tina! —me regañó y sentí una angustia al volver a oír ese apodo—. ¡No vuelvas a decir eso!
—Lo lamento —murmuré.
Él se aclaró la garganta.
—¿Viste lo bonito que está todo? —dijo él.
Bufé.
—Sí, la verdad que sí. Admito eso, pero para mi gusto, esto es demasiado —él se rió.
—Si vieras el vestido de la novia —dijo y se rió.
—Ya lo vi —suspiré—. Es más, se lo elegí yo.
—¿Qué?
—¡Amor! —dijo la novia acercándose con su recién esposo.
Nathen al verme, se quedó blanco.
—A ella me la crucé en Kleinfeld, y me eligió este hermoso vestido —dijo ella.
—¿En serio? —dijo Shawn.
—Sí, la vi estresada y decidí ayudarla —mi vista seguía clavada en los ojos de Nathen.
—Fue muy gentil y tiene buen gusto —dijo ella feliz—. ¿Cómo te llamas, cielo?
—Martina —la miré y sonreí falsamente—. En serio te ves hermosa.
—Gracias, Mar, por elegir el vestido de mi esposa —habló Nathen.
—No hay de qué —sonreí—. Vaya sorpresa me llevé, terminó siendo tu prometida.
Él traga saliva.
—Gracias por haber venido.
—Me invitaste y aquí estoy —dije. El lugar estaba tenso. Shawn estaba tenso. Su mano apretaba mi cintura.
—Amor, ¿me dirás quién es ella?
—Sí, Nathen, dile —dije mirándole a los ojos.
—Ella... es —mira a Shawn— la mejor amiga de Shawn.
—Sí, así es —dijo Shawn—. Es mi mejor amiga.
—Oh, qué bien. Bueno, Mar, gracias por venir y de nuevo, gracias por elegirme el vestido.
—No hay de qué.
—¡Disfruten! —y se despidieron.
Una lágrima rebelde cayó.
Me siento tan humillada.
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desconocidos ~ Shawn mendes
Fanfiction2ª PARTE DE CONOCIÉNDOTE Ahora somos dos malditos extraños que se conocen profundamente. Somos desconocidos honrando un nombre que hace mucho tiempo perdió su significado. Pero aún te amo y decido quedarme, aunque si tú no lo haces... Entonces, recu...