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— Shawn— se acerca mi hermana, —sé que esto te afecta. Sé que rompí nuestra promesa de que primero te casarías tú y luego lo haría yo, pero todo fue muy repentino y no pude decirle que no.

Me reí.

—No importa, Tina.

—¿Tina?— dijo ella confundida, y entonces me di cuenta de que la acababa de llamar Tina.

—Lo siento—hablé rápido y suspiré, —tengo la cabeza en otro lado.

—No te preocupes, Shawn. Yo también la extraño,— contestó.

—¿Estás segura de que quieres casarte?— pregunté.

—Sí, Shawn— contestó ella, y nos quedamos en silencio unos segundos. —No me pasará lo mismo que a Martina. Nosotros estamos decididos y nos amamos.

—Aaliyah, no opines sin saber— hablé. —Las cosas no pasaron así.

Ella no dijo nada y se marchó.

Regresé a casa y me dirigí directamente a mi habitación. Después de cambiarme de ropa, agarré las llaves del coche y salí de casa. Minutos más tarde, llegué a mi destino. Bajé del coche y toqué el timbre, mordiendo nerviosamente mi labio inferior.

—¿Shawn? —exclamó la madre de Nathen al verme.

—Disculpe la hora, Joanna, ¿pero está Nathen?

—Sí, ¿pasa algo malo? —negué.

—No, solo vine a visitarlo —ella asintió.

—Pasa, Shawn, él está en su cuarto.

—¿Está solo? —ella asintió.— Gracias.

Sin decir más, caminé hacia las escaleras, subí y me dirigí hacia su habitación. En el camino, me crucé con su hermana Maddie, quien al verme se quedó paralizada.

—S-Shawn— dijo ella. Yo reí y la saludé, notando cómo se ruborizaba mientras bajaba nerviosa por las escaleras.

Negué entre risas mientras me dirigía al cuarto de Nathen. Toqué dos veces y, minutos después, abrió la puerta, visiblemente confundido.

—¿Shawn?— preguntó, desconcertado.

—No me sentía bien, así que vine a despejarme. ¿Te molesta? —él negó.

—Ven, pasa —asentí y entré a su habitación.— ¿Quieres contarme?

—Mi hermana se casa —hice una mueca y él soltó una carcajada.— No es divertido —lo miré con reproche—. Estoy feliz por ella, pero quiero que realmente esté enamorada.

Cerré los ojos, dejando que mis pensamientos fluyeran.

—¿Tienes miedo de que le pase lo mismo que a Martina, y a mí, no?

—No, no fue lo que quise decir.

—Pero lo dijiste.

—Cambiemos de tema, por favor —suplicé.

—¡Claro! Hablemos de que me has dicho que no sabías nada de Martina, y los vi a ambos sentados en aquellos premios.

—Fue una mala idea venir —me levanté.

—No te vayas, hablemos. ¿Por qué me mientes? Creí que habíamos vuelto a ser los mejores amigos que éramos.

—Es que no fue así —hablé—. Yo ni siquiera sabía que se presentaría. Nos habíamos distanciado porque se sentía muy mal. No sabía nada de ella desde hace prácticamente un mes, y de repente me la encuentro en unos estúpidos premios a los que no quería ir, pero me obligaron a ir —hablé desesperado—. Mi exnovia me dedicó una canción, dolida y llorando, dejándome como un idiota frente a miles de personas y cámaras. Así que no sabes nada, Nathen —me senté con los ojos llorosos.

—Lo lamento, parece que estás pasándola peor que yo.

—Sí, supongo.

—¿Sabes qué? Quédate a dormir esta noche, olvidarás todos tus problemas por hoy.

—Gracias —sonreí apenas.







desconocidos ~ Shawn mendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora