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Bajé del carro junto a Alice y nos adentramos en la tienda de vestidos, Kleinfeld.

-Desde aquí se nota lo caro que es este lugar -comenté.

Ella rió.

-Es caro, pero no tienes idea de los hermosos vestidos que tienen aquí.

-Sí, lo sé -bufé-. Por lo que sé, este lugar es para vestidos de novia. No pienso ir al casamiento de Nathen con un vestido de novia.

Ella volvió a reír.

-No, lo harás. Vamos a encontrar un vestido hermoso.

-Está bien.

Nos dirigimos al interior de la tienda y una mujer nos atendió.

-¡Hola! ¿Cómo están? ¡Bienvenidas a Kleinfeld! -dijo la mujer con alegría, la reconocí, la había visto varias veces en la televisión.

-Hola -respondí con una sonrisa.

-¿Quién es la novia? -Alice y yo nos reímos.

-Ninguna, venimos por un vestido de fiesta para la niña -intervino Alice, colocando una mano en mis hombros.

-¡Ah! Está bien, síganme por aquí -dijo la mujer y nos llevó a una sección llena de vestidos.

-Me siento incómoda aquí -susurré a Alice.

-¿Por qué? -preguntó ella confundida.

-Aquí quería que me comprara el vestido Nathen -y Alice no supo qué decir.

-¿Qué están buscando en particular? -preguntó la mujer.

-Creemos que un vestido corte sirena que resalte sus curvas sería ideal -respondió Alice.

-Perfecto, iré a buscar algunos y ustedes pueden ver y elegir cuál les gusta más -dijo la mujer, y asentimos.

Alice comenzó a revisar los percheros, seleccionando los vestidos que le parecían realmente hermosos. Mientras tanto, yo me alejé de la sección de vestidos de fiesta y me adentré en la sección de vestidos de novia. Todos lucían preciosos y delicados.

Desde que era niña, soñaba con mi boda junto al hombre de mis sueños, alguien que me amara incondicionalmente. Imaginaba llegar al altar luciendo un vestido que me hiciera sentir como una princesa y tener una vida llena de felicidad eterna. Pero ahora, ese sueño se desvanecía. Él se iba a casar con alguien más, y lo más decepcionante era que había tenido la oportunidad de alcanzar esa felicidad eterna, pero todo se fue al traste por un capricho al que llamé "mejor amigo". Ahora, lo había perdido a él también.

-¡Mar! -llamó Alice, sacándome de mis pensamientos. La observé y asentí.

Nos dirigimos hacia los probadores. La mujer sostenía los vestidos seleccionados por Alice y los que ella misma había elegido.

-Ven, acompáñame al probador. -indicó la mujer, señalando a Alice- Puede esperar en los sillones. -Alice asintió y se fue.

Me desnudé y me probé un vestido corte sirena con un tajo en la pierna derecha, de color azul marino.

-¿Qué te parece este? -preguntó la mujer.

-Es bonito. -respondí, aunque no me convencía del todo.

-¿Quieres mostrárselo a...?

-A Alice. Sí, quiero saber su opinión. -ella asintió y caminamos hacia donde estaba Alice.

Me paré frente al espejo y Alice expresó su admiración por el vestido. Hice una mueca.

-Debo admitir que es muy bonito, pero no sé, me hace sentir un poco incómoda. -ambas reímos.

desconocidos ~ Shawn mendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora