Rápidamente observó su celular, eran las seis de la tarde. Tenía que apresurarse si quería llegar al encuentro.
-Adrien ¿Me dejas tu auto un par de horas?
-¿Qué? -Preguntó el chico perplejo.
-Por favor, es una emergencia.
-Si claro-Buscó en sus bolsillos hasta encontrar sus llaves-Aquí tienes, ¿Qué sucede?
Ashley tomó las llaves ignorando por completo su pregunta, no tenía tiempo para explicaciones.Salió corriendo de allí hasta el auto. Apretó el acelerador y se puso en marcha. El camino hasta la playa era extenso, con suerte llegaría sobre las siete u ocho.
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Estacionó el auto en el parking de la playa y buscó desesperadamente las bicis. En efecto, solo había una. De seguro Shane había usado la otra.
Montó en ella y comenzó a pedalear lo más rápido que pudo. Su respiración se fue agitando cada vez más hasta convertirse en un jadeo y el sudor llenaba su rostro. El sol estaba hoy más bonito, quizás solo era porque estaba feliz, pero aun así no dejaba de verse precioso.
Llegó hasta el lugar y bajo de la bici echándola a un lado. Allí estaba Shane, sentado encima de una roca observando el atardecer como si fuese el primero que hubiera visto. Los colores del crepúsculo irradiaban en todo el lugar dándole un tono rojizo. Era sencillamente hermoso.Él pareció percatarse de su presencia y se volteo hasta quedarse cara a cara con ella. La observó mientras esbozaba una sonrisa y hacía que su corazón diera un vuelco.
Shane descendió de la pequeña roca y comenzó a caminar hacia ella cortando la distancia. Ashley tragó en seco por lo nerviosa que le ponía el mero hecho de tenerlo a pocos pasos. Él se detuvo, dejando unos centímetros de por medio entre ellos.
-Hola bonita-Dijó él en un susurro.
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Hola bonita (Editando)
Short StoryAshley recibe post-it en todas partes de un admirador secreto. Pero...¿Quién es? Esa es la pregunta de esta historia