Seth y Renata

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—¿Que tienes para mi?. —le preguntaba la forense.

—Un bate y un destornillador que puede que sea la segunda arma homicida, quiero que busques huellas y las identifiques. Ahora tengo que volver al edificio, llámame.

Al llegar al edificio, se encontró con la recepcionista donde siempre está, trabajando.

—¿Otra vez usted?. —preguntó fastidiada.

—¡Vaya! Parece que ni a usted, ni al señor Ambrose les agrada verme, ¿por qué? ¿Tienen miedo de que descubra lo que hicieron?.

—¿Lo que hicimos? Solo tuvimos sexo.

—Y luego la mató.

—¿Que? ¡No!

—¿Usted le prestó un bate al señor Ambrose?

—Si, pero no es mío.

—¡Caramba! Ahora el bate no es de nadie, ¿puede por favor dejar de dar vueltas y decirme la verdad?

—Está bien, sí, es mío. Pero él no le dijo para que me lo pidió.

Cuando iba a preguntar sonó su celular, era De la Cruz.

—¿Que pasa?.

—Hay demasiadas huellas en el destornillador así que no logro distinguirlas y en el bate no hay nada relevante.

—Gracias. Colgó

¿Donde estaba la noche del martes?

—Trabajando, en el departamento de Isaac específicamente.

—¿Que hacía usted ahí?

—Que se lo diga él. —respondió fastidiada.

—Se lo estoy preguntando a usted, señora Williams.

—Mire Señor...

—Señora Williams, le voy a pedir de favor que me deje hacer mi trabajo y me responda todo, si no me veré en la obligación de llevármela detenida por desacato a la ley. —interrumpió. —Y soy el inspector Herrera para usted.

—Estuve en el departamento de Isaac, porque estaba aburrida, deseosa de un buen hombre, usted entiende.

—Ajá. —dudó. —está bien, hasta luego.

El inspector Herrera quiso confirmar si era verdad.

—Usted...

No pasaron muchos segundos para que Isaac se diera cuenta que estaba desnudo.

—Oh, lo siento es que estaba con mi novia en la habitación.

—¿Que pasa cariño?.

—Nada mi amor, vuelve a la habitación y esperame allí.

—No. —interrumpió el inspector. —voy a necesitar su declaración también.

—¿Por qué?

—Porque me gustaría hacerle unas preguntas a usted en presencia de...

—Alicia, mi nombre es Alicia —completó aquella chica.

—¿Donde estuvo su novio la noche del martes?.

—Aquí, con ella, ¿por qué?

—La señora Williams dice que ella estuvo aquí esa noche.

—Eso no puede ser. —interrumpió Alicia. —cuando me dirigía hacia acá, la vi entrar al departamento 6-29.

—¿Notó algo extraño?

—Si, iba vestida de negro y mirando a todas partes. Como si no quisiera que la vieran, yo le pregunté que le sucedía pero no me respondió.

—Mmm, gracias. Hasta luego.

Luego de salir de allí, fue al departamento 6-30.

—¿Otra vez usted?.

—Necesito hacerle unas cuantas preguntas.

Asesinato en el departamento 6-30Donde viven las historias. Descúbrelo ahora