Yo no le creo.

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Inspector Herrera.

—¿Me está diciendo que usted sola amarró de manos y pies a Bianca, la mató en la cocina de su departamento con un cuchillo y un destornillador y luego la arrastró hasta la sala?

—Eso fue lo que dije.

—No me malinterprete, pero para eso se necesita bastante fuerza y valentía y eso es algo que yo no veo en ti.

—No seas machista. —comentó Taylor.

—No soy machista, soy realista. —contesté haciendo hincapié a lo último. —sirve para algo por una vez en tu vida y tráeme papel y lápiz. —le ordené.

—¿Para qué? —preguntó Leslie.

—Ya verás.

—Aquí está. —me entregó el papel y el lápiz.

—Escribe aquí.

—¿Que voy a escribir? ¿La lista de las compras? —preguntó sarcásticamente.

—Bianca Decker.

—No creo que sea necesario, ...

—Tú te callas. —dije antes de que que pudiera seguir hablando. —¿Sabes que? Sal de aquí. —señalé la puerta.

—¿Es un chiste?

—¡Sal de aquí ahora mismo! —exclamé. Luego salió. —Deja ver lo que escribiste.

No fue ella. Ella no la escribió y me está mintiendo.

—¿Quién escribió la carta?

—No lo sé.

—Repito, ¿Quién escribió la carta?

En ese momento Patricia entró a la sala.

—Lamento haberlo interrumpido señor. Aquí está lo que me pidió. —me pasó el expediente supongo que de Zack.

—¿Que es eso?

—Silencio.

Zack Welling, edad 30, acusado de violar y golpear a su ex pareja, Olivia Morrison. La policía de Los Ángeles lo han estado buscando por años, cosa que les ha resultado imposible debido a que siempre está cambiando de nombre. A sus cargos se le añade usurpación de identidad, haber atropellado a alguien bajo efectos del alcohol y cosas relacionadas con el narcotráfico. —leí en mi mente.

—¿Sucede algo?

—¿Escribes con tu mano derecha? —ella asintió. Ahí un recuerdo flash vino a mi mente.

—Uno de los asesinos es zurdo.

—¿Qué? ¿Cómo llegaste a esa conclusión?

—El cuchillo se fabrica especialmente para zurdos.

—Venga ya Patricia, es solo un cuchillo. Cualquiera lo puede usar.

—¡Es verdad lo que te digo! —se quejó. —Mi madre es zurda y me habló de ellos. Son específicamente para eso, para zurdos.

¿Dijiste que nadie te ayudó, cierto?

Negó con la cabeza.

—Taylor no está, puedes hablarme con la verdad. —esta me mira por unos segundos debatiendo si habla o no.

Taylor Mitchell.

¿Que se ha creído Mauricio para hablarme así? Ni siquiera me dejó expresarme. Aunque ahora que lo pienso ahora puedo aprovechar para hablar con Isaac. Está hablando de más y no puedo permitirlo.

—Hola, detective. —saludó con cara de confusión. —¿Que hace por aquí solo?

—Esta vez no vengo a hablar del caso. —entré. —vengo a hablar de nosotros.

—¿Nosotros? —volvió a preguntar cerrando la puerta.

—¿No me reconoces, cuñado?

Inspector Herrera.

—Yo no le creo. —le decía a Patricia.

—¿Por qué? —preguntaba ojeando papeles.

—Fue muy fácil. Y no es por ser machista pero se es necesario mucha fuerza para arrastrar un cuerpo tan pesado como era el de Bianca, también la letra no coincide y además escribe con la derecha.

—¿Y eso qué?. Pudo haber sido ella que la utilizó el destornillador. —contestó encogiéndose de hombros.

—Ajá pero, ¿Y el cuchillo? Ella insiste en que actuó sola. No tiene ningún sentido.

—¿En que está pensando ese inteligente cerebro, señor?

—En que ella se está echando la culpa por algo que no hizo.

Asesinato en el departamento 6-30Donde viven las historias. Descúbrelo ahora