Somebody Loves You; Emiliaco (adaptación)

Amnesia

- Cariño... -canturreó Matías mientras entraba a la habitación.

Emilio estaba metido debajo de las sábanas cubierto hasta la mandíbula. No quería ni podía moverse mucho en realidad. Anoche había sido una pesadilla para él, una pesadilla que creyó no volvería a tener nunca. Matías se sentó a la orilla de la cama junto a él y tan solo el roce de sus dedos en la mejilla del rizado logró hacerlo temblar.

- Hey, tranquilo. No te haré daño –sonrió.  - Es hora de que me vaya a trabajar. ¿Estarás bien solo? -el rizado asintió.  - Muy bien, ¿recuerdas lo que hablamos? Vamos, repite lo que no debes hacer.

Con la mirada aún perdida, Emilio abrió la boca: - No hablaré con Joaquín Gress. Tampoco lo veré, ni mensajearé con él  -Matías movió su mano para que siguiera hablando.  - Me quedaré aquí siendo un buen esposo.

Esas últimas palabras le quemaron la garganta.

- Eso es. Qué inteligente es mi bello esposo -depositó un beso en su frente y salió de la habitación tarareando una canción que fue irreconocible para el rizado, pero también era irrelevante.

Escuchó la puerta cerrarse y luego el auto encender para arrancar.

Con mucho esfuerzo salió de la cama y arrastrando los pies caminó hasta la cocina. Se preparó un té y untó un poco de mermelada sobre un pan tostado. Hacía tiempo que ese no era su desayuno, pero considerando que Matías volvió a ser el mismo de antes, él tendría que volver a sus viejos hábitos.

Su celular sonó. Era Joaquín. Dejó correr la canción.

Nuevamente entró otra llamada. Treinta segundos después desistió.

- Por favor... deja de llamar -suplicó.

Así fue, pero el chico comenzó a enviarle mensajes de texto de una sola línea seguidos.

"No creerás lo que pasó anoche!"

"Alejandro y yo hablamos, y no fue para nada lo que esperaba"

"Aceptamos que ninguno de los dos estamos enamorados y que este matrimonio fue solo para complacer a nuestros padres y ayudar a las empresas familiares."

"También dijo que su enojo era porque no quería perderme como amigo"

"Obvio le dije que eso no pasaría"

"Y lo mejor de todo es que me apoya totalmente a que esté contigo!!!"

"Mejor dicho, nos apoya. Lo creas o no, le agradas bastante :)"

"Y a ti, ¿cómo te fue con Matías, guapo?"

"Oh, ¿y por qué no respondes la llamada? No quiero sonar tóxico, pero siempre me respondes :(

Emilio estaba dividido en dos: razón y corazón. Su mente le decía que si no quería volver a ser tocado de ninguna manera posible por su esposo debía cortar tajantemente todo tipo de relación con Joaquín, pero su corazón le decía que debía encontrar una manera de arreglar todo. Él sabía cuál era la mejor, tenía la evidencia en carne propia después de todo.

¿Qué era lo que le impedía ir a denunciar a Matías?

Inseguridad.

Cobardía.

Miedo.

No podía volver a los malos tratos y castigos por parte de Matías, pero tampoco quería renunciar a la felicidad que Joaquín le proporcionaba con solo una mirada o una sonrisa.