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-Bueno, mira quién ha ascendido en el mundo -dijo Jackson en el altavoz, mientras esperaba a que el portón se abriese.
-¿Cómo me encontraste? Pensé que estaba escondida -contestó Lisa. Se había preguntado quién estaba tocando el timbre.
-Oh, siempre es fácil encontrar a mi presa -respondió Jackson.
-Oye, abre el portón antes de que lo salte y patee tu lamentable culo -habló la voz de Jin en el micrófono.
-¿Para qué demonios lo trajiste? -dijo Lisa, a la vez que presionaba lacombinación para que las puertas se abrieran. Salió a la puerta delantera y esperó a que sus primos salieran de la camioneta.
-Lindo lugar, ¿tiene espacio extra? -dijo Jin, cuando subió las escaleras y le daba una palmada en la espalda a Lisa.
-Claro, tengo que contratar a un jardinero -respondió Lisa, quien se ganó otro golpe.
-Diablos, alguien está madurando, tienes la casa, al hijo y pronto a la esposa, ¿qué sucedió con nuestra promesa de ser solteros para siempre? -dijo Jackson mientras se ponía cómodo y atravesaba las puertas.
-Maldita será, no creo que tengas suficiente espacio -gritó Jin, con un silbido bajo, a la vez que contemplaba el lugar.
-Lo que sea, Jin, tus ingresos son iguales, si no es que más que los míos -replicó Lisa poniendo los ojos en blanco.
-Bueno, sí, es más que los tuyos, porque no he lo he derrochado todo en una casa -contestó el hombre con una sonrisa maliciosa. Él supo que el dinero ni siquiera había disminuido en lo que se refería a Lisa.
Se dirigieron hacia el fondo y al sonido de Leo chapoteando en el agua. Miró a los dos hombres y sus ojos se llenaron de curiosidad. Lisa los consideraba a ambos más como hermanos y se los presentó a Leo como sus tíos. Leo estaba eufórico al descubrir que tenía tíos, dado que su otra mamá era hija única y tenía una familia pequeña.
-Espero que tengas bañadores adicionales, porque voy a meterme en el agua de una manera u otra y no quiero que te veas mal delante de tu prometida al mostrarle lo deficiente que eres -dijo Jackson con un meneo de sus cejas.
Esta vez fue Lisa quien lo golpeó en el brazo y luego lo llevó a los cambiadores junto a la piscina, que ya estaba surtida con trajes extra. Sus dos primos se cambiaron rápidamente y pronto los cuatro estaban teniendo una guerra de agua que tuvo a Leo riendo sin control.
-Entonces, ¿dónde está Rosé? No la he visto en una eternidad -preguntó Jin.
-Tuvo que ir a recoger algunos alimentos así podríamos comer. Leo, aquí, es un pozo sin fondo. Al parecer, a él no le gusta ir a comprar alimentos -dijo Lisa con afecto. Ella misma odiaba ir a comprar comida. No podía esperar a contratar personal para que se encargara de todo.
Jugaron en la piscina un rato más y luego finalmente se arrastraron fuera, reacios. Se cambiaron de ropa y después ayudaron a Lisa a desempacar. Había una biblioteca de piso a techo por la que Rosé había llorado. Quería sorprenderla, poniendo todos sus libros allí. La habitación era bastante grande, con una chimenea de madera y un ventanal con un asiento. Iban a pasar la semana comprando muebles para llenar este cuarto, junto con muchos otros.
Con sus primos allí ayudándola, tuvo la biblioteca y la sala desempacada en nada de tiempo. Incluso consiguieron colgar la mayoría de las obras de arte en las paredes. Miró alrededor, sintiéndose bien por su progreso.
Acababan de sentarse, cuando escuchó la puerta de la cochera abrirse. Se puso de pie para ayudar a Rosé a cargar los comestibles y Jackson y Jin lo siguieron. Cuando salieron al garaje, Rosé los vio y todo su rostro se iluminó.