Chupón

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El regreso fue lo mejor para mí. Ya no podía estar un día más en ese lugar que parecía un infierno, al menos para mí.

Ban había llegado. Lo sabía  al escucharlo cerrar la puerta
 
Los últimos días llegaba tarde. No es que estuviera muy pendiente de él. Sólo que según yo teníamos algo. O eso quería creer

Después de las vacaciones ahora todo se basaba en un beso. Y vaya besos. Besos que subían demasiado la intensidad.

Sin ponerlo terminé recordando como es que termine en su apartamento.
 Era un pequeño pero acogedor departamento
El había estado buscando compañero y yo buscaba un lugar cercano a la universidad. Claramente cuando el acepto creyó que era hombre.  Ese día había estado lloviendo y antes de venir a la entrevista tuve que pasar a casa de un amigo por algo de ropa. La cual fue de hombre.  Por ello Ban aceptó, aunque hubo sorpresa cuando se dio cuenta que en realidad era mujer. Él estuvo muy bien con ello. Así fue como terminamos viviendo juntos. 

Jamás tuvimos problemas.
 Nos llevábamos bien desde el principio. Nunca nos metimos en la vida del otro más de lo debido.  Ambos teníamos cosas que hacer y rara vez nos veíamos. Sólo estaba aquí cuando peleaba con  su novia. Porque gracias a los dioses era extremadamente raras las veces que las  traía

Me acomode en la cama. Debía dormir en vez de estar pensando en esas cosas.

El peso en la cama me hizo despertarme . -¡Ban que haces aquí!

Sus labios callaron mis palabras. -Ban..

-Yo se que lo quieres-.

-¿De que estas hablando?

El beso paso a ser paso intenso. El tenia razón. Lo deseaba.

Dejo de besarme y se acostó a mi lado. 

-¿Porque estas tan inquieta?-. Me preguntó mirándome directamente.

Su pregunta no podía ser menos oportuna. -¿Por qué has vuelto a colarte en mi habitación?

-Vi la puerta abierta. Creí que eso era una invitación-. Me miró y sonrió -¿Así que mi presencia te inquieta?

-Me inquieta que me hagas algo mientras duerma

Ban me pego a él y acarició mi mejilla. Estos acercamientos se habían vuelto cotidianos. No habíamos hablado del tema, pero supongo que tenemos algo
 

-No voy a hacerte nada que no quieras-. Finalmente rompió la distancia y nos besamos nuevamente.  Me encantan sus besos y caricias. 

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Recorrí con mi mano izquierda su pierna derecha y lentamente la fui subiendo hasta llegar a su trasero y acariciarlo. 
-Tienes la piel muy suave-. Y así era. Su piel pálida y suave.

Le quite la blusa que usaba para dormir esa noche dejando a la vista sus hermosos senos. Sus sonrosadas pesones.  Bese sus labios mientras acariciaba su pecho con mis manos

Bajé mis besos atravesar de su cuello dejando pequeñas mordidas y succionando debes en cuando.

-¡Ban!- Gimió cuando mordí su seno.

Regrese a su oído y le susurre. 
-Se que te gusta y quieres que siga.  Seguí besando y mamando sus pechos. Mientas ella soltaba gemidos. Gemidos que me exitaban cada vez más y más. Volví a besarle una lágrima se escapó de sus ojos y corrió por sus mejillas. 

-Estas muy exitada. No le había quitado las bragas y aun así podía sentir su humedad. 

Intenté meter una mano a sus bragas. Pero ella detuvo mi mano en el proceso.

-Yo creo que es suficiente Ban. Aun no quiero hacerlo. 

No pude evitar gruñir. Ya me había hecho esto varias veces. Me ponía duro para finalmente decirme que no quería continuar.

-Será cuando quieras. Algún día te quitaré la virginidad.

-Deja de ser tan idiota-. Se cubrió con la sábana y me dio la espalda. Me divertía mucho cuando se enojaba.
Descubrí su cara y dejé un besó en sus labios y me levante.  Tenia que ocuparme yo mismo de  hacer algo con mi evidente problema.

Tal vez yo debía contenerme.  Pues sabía que por alguna razón Jericho no quería hacerlo.  Las primeras veces después de un beso me detenía, poco a poco fue accediendo a dejarme hacer más  cosas. Pero nunca podíamos concluirlo. Y todo empeoró  cuando las clases se reanudaron y volvió  a estar ocupada con sus tareas.

Aunque en realidad el contenerme seria aun más difícil. Tan sólo hoy al ver la puerta abierta no resistí en entrar.  No había Estado con alguien que tuviera cuerpo de infarto en mi vida.

Jericho tenia el mejor cuerpo que había visto y tocado. 

La mañana llegó dándome en la cara. Literalmente, un rayo entraba a través de mi ventana. Me levanté.  Hoy entraba a medio día y debía prepararé para llegar a tiempo .

Mientras me bañaba note que me había dejado varias marcas en mis pechos que era dónde podía notarlo.

Sali a verme en al espejo que había fuera del baño Y justo en el cuello tenia un gran chupón.

Me apresuré a vestirme. Hoy era un día muy caluroso, así que no podía utilizar algo que me cubriera. Pero debía hacerlo
 

Busque entre todas mis cosas hasta encontrar la mascada que Guila me había  dado.

Me pare frente al espejo para acomodar la mascada. Escuché la puerta abrirse sabía que el había llegado. 

-¿Qué haces preciosa?-. No pude evitar fulminarlo con la mirada.

-Me has dejado marcas.  Ahora tengo que cubrirlas-.

Se acercó a mi y me abrazo por la cintura.  -No las cubras... se te ven preciosas. Además, necesito que todos sepan que ya no eres libre. Y todo esto me pertenece.

-Deja de decir tonterías-. Quise arrebatar le la mascada. Pero el la levantó para que no la pudiera alcanzar. 

Me acorralo contra la pared e hizo otro chupón en mi cuello. Ese se te ve mejor. -No hagas eso Ban. Deja de hacer tonterías! -. Ya era tarde para seguir peleando con él así que. Salí corriendo del apartamento con mi corazón latiendo rápidamente.

Se que dije que lo publicaría antes,  pero estaba perdiendo el tiempo y olvide hacerlo

Disculpen las faltas de ortografía y concordancia

Sin más espero les haya gustado

COMPAÑEROS  (reto 30 días +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora