COMPAÑEROS (reto 30 días +18)

Cambio de papeles

El sol me dio en la cara y me envolví en las cobijas, No quería levantarme.

Estaba tan cómoda,  pero también casada. Nada más recordar lo de anoche me sentía muy cansada y excitada. Ban ya no estaba a mí lado. Me levanté más a fuerzas que de ganas.  Abrí la puerta y olía delicioso. Ban estaba cocinando. Debía estar de mejor humor. Mucho mejor humor.

Lo ábrase por la espalda
 -Huele muy bien. Hace tiempo que no cocinabas. 

-Creí que te gustaría desayunar antes de irnos. 

-¿Irnos? ¿A dónde?

-El clima es perfecto para que tu puedas salir.  ¿Vez?-. Ban señaló a la ventana. Y sí el día era nublado, como usualmente eran aquí. 

-No hace tanta calor así que ¿A dónde quieres ir?.

-No lo sé-. Ban puso las cosas en la mesa y me indico que me sentara. 

-Así que me invitaste a salir sin saber a dónde llevarme.  Eso no se hace-. Me reprocho.

No entendía de que hablaba hasta que recordé lo que le había dicho anoche.

-Así qué en verdad vamos a salir.

-Tu me invitaste-. Me senté a comer.  A dónde iríamos. Pensé.

Terminamos de comer y  fui a bañarme. Ban me alcanzó a mitad del baño.

-¿Qué te trae por aquí?-. Pregunté un poco sorprendida. 

 -Recuerdo que en varias ocasiones te has colado mientras me baño.

-Sólo fue una vez. Y lo disfrutaste mucho. 

-Yo recuerdo que has interrumpido mi baño varias veces.

-Esas ocasiones no fueron a propósito!-. Corregí rápidamente. 

-Pero han sido más de uno. Así que es momento de regresartelo .

-Entonces hay que jugar-. Accedí divertida

Entienda su juego. Ese brillo juguetón no lo había visto en meses. Siempre ponía esa mirada cuando iba a beber con Meliodas y probablemente iban a hacer tonterías.

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La acerqué a mí y besé. Aunque en lo absoluto me esperaba que ella quisiera mandar.  Me gustaba jugar, era muy competitivo, pero desde ayer había notado que ella quería tomar él control.  Y era  algo que le daría, al final era Jericho de quien estaba hablando y ella amaba tener el control.  Lo sabía bien por todas las veces que me había ordenado. Me sorprendería si nunca hubiese querido tomar el control.  Aunque me fascinaba tenerlo a mí,  al menos en ese aspecto de nuestras vidas.

Metió su lengua a mi boca. Sí estaba decidida a tener  el control total.
Una batalla de lenguas se desató. Hasta que la alejé.

-Estamos en medio de la ducha. Deberíamos de ducharnos-. Advertí
.
-Tu te lo pierdes-. Me divirtió el cómo me lo dijo. Ahora ella era quien decía esas cosas, siempre era yo quien se le insinuaba de esa forma.

Ambos nos duchamos. Jericho me hizo agacharme para que tallara mi cabello. El imaginarme la era una imagen muy tierna. 

Ya duchados y cambiados nos dispusimos a salir.

-¿A donde vas a llevarme?-. Le pregunté.

-Ya que estas dispuesto a hacer lo  que quiero. Vamos a la patinar.

-¿Patinar?-. No había patinado en años. Esto iba a ser un completo desastre. 

-Claro

-Yo no quiero ir a patinar.